Me gustaba espiarte desde lejos, desde donde no podías verme. Siempre lo hacía, aunque nunca te dieras cuenta, y es que te admiraba y me intrigabas. Me preguntaba qué secretos ocultarías, porque después de todo había mucho de vos que nunca me contabas. Aún hoy creo que hay mucho que no sé (y me gustaría saber)... Podrá sonar raro, pero tu vida todavía me interesa.