yo fingía pasar caminando casualmente por ahí, y él fingía que estaba esperando a algún amigo... yo seguía de largo como si él no estuviese, y él me chistaba y hacía un ademán de saludo con la cabeza... yo me daba la vuelta, y me acercaba con un beso en su mejilla, mientras las mías se teñían de un color rosita pálido... después, yo seguía mi camino, y él me silbaba haciendo una broma... yo caminaba con una sonrisa pintada durante las 5, 10, o 1000 cuadras que habían adelante, y él quedaba extaciado pensando en mi beso, y en que la próxima vez se animaría a más...
nuestra rutina casual, insinuábamos nosotros, aunque yo sabía que él esperaba ahí horas para verme, y él sabía que yo pasaba por ahí cien veces para que él me viera...