caminé sin rumbo. después de un rato comenzaron a sentirse algunas ráfagas de viento, y aunque el pelo caía desordenado sobre mi cara, no atiné a peinarlo. hacía mucho tiempo que no me sentía tan abstraida de la realidad. miraba el piso, un paso, otro paso, nunca levanté la mirada, ni siquiera para curzar la calle. en la mitad de una cuadra, tropecé porque había un bache en el suelo, pero no llegué a caer, porque antes me choqué con alguien. pedí disculpas, y seguí mi camino...
te quedaste mirando, no podías creer que no te hubiera reconocido, que no te hubiera saludado, que no hubiera tenido una reacción exagerada y melodramática como suelo tener...
es que ayer no te estaba buscando... y aún cuando el destino nos cruzó, yo no quise encontrarte... y si, te vi, pero no significó nada... solo fuiste un extraño, con una cara familiar que me ayudó a que no cayera al suelo...