11/09

El calor de la habitación nos envolvió depositándose sobre cada rincón de nuestros cuerpos... El aire se fue haciendo más denso con cada caricia, y las respiraciones eran cada vez más agitadas. Los besos habían dejado de ser un dulce contacto entre tu boca y la mía, para convertirse en una explosión con cada acercamiento. Tus manos se movían inseguras, las mías caminaban indecisas por tu cuerpo. Mi cabeza se llenó de miedos y prejuicios, y me paralicé, pero la sinceridad en tu mirada me animó a seguir... La ropa empezaba a ser una molestia, y sin animarte a desvestirme, tu desvestiste vos; tres besos y dos caricias después, hice lo mismo.
Los suspiros eran el único sonido que hacía eco en el cuarto, y fui tuya por primera vez... Mi corazón latía tan fuerte que sentía que eras capaz de escucharlo, mi cabeza se había vaciado de ideas, y sólo era capaz de dejarme llevar por el instinto... Todo se volvió confuso, unas vueltas, unas sacudidas y mi cuerpo perdió toda la fuerza, pero el tuyo seguía ansioso, y sediento... Alargamos el momento, no pude evitar sonreír de nuevo, y con tu boca mordiste mis labios, tus brazos se debilitaron, ya todo fue terminando y resbalaste fuera de mí para acurrucarte en mi costado...
Te acostaste mirando el techo, y yo me acomodé con la mitad de mi cuerpo sobre el tuyo, todavía me costaba respirar... Podía sentir que tu corazón permanecía acelerado... Tus dedos me seguían recorriendo, y yo besaba las partes de tu cuerpo que tenía más próximas... De a poco nuestra respiración se fue normalizando, y volvieron a apoderarse de mí mis dudas cotidianas... Empecé a sentir la temperatura real del aire, y abracé con fuerza tu cuerpo... Cerré los ojos y respiré profundo, intentando absorber tu esencia...Me incorporé para mirarte, y te estudié intentando aprenderte de memoria... Sabía que tenía que irme, pero volví a recostarme encima tuyo... Mi vida avanzó, pero en mi mundo paralelo frené el tiempo, y todavía sigo ahí...