te llamo con fragmentos desgastados de canciones viejas, y nuevas,
con la lágrima que cae cada día mientras te busco, y me canso de buscarte.
te llamo con los silencios que invento para vos callando palabras nuevas,
y con los rayos de sol que te alcanzan después de haberme tocado...
te llamo con la esencia de mi piel desnuda,
y que con el perfume a amor que desprendo de mis poros...
te llamo con cada grieta que se abre en mi corazón
y con un último grito desesperado antes de partir para siempre...

pero no más,
ahora me voy, como quien dice que se va, y se va de verdad,
como quien dice que se va, y ya no velve...

Me duelen las piernas de tanto andar, me pesan los hombros, y los brazos. Aún así, no paro. Tomo aire, junto fuerza, y sigo... Voy a buscarte, como cada tarde, como siempre, porque aunque no te encuentre, me reconforta saber que yo sí lo intenté, que yo sí peleé por vos...
Si sigo, es porque una tarde como hoy entendí que para nosotros no hay atajos, que tenemos que pelear porque nuestro amor es de los complicados, y porque el premio de tu cuerpo es el antídoto para mi cansancio...
Si sigo es porque entendi que lo que pasa entre los dos es cierto, que no tiene final, porque una noche vi volverse realidad mis sueños en tus besos...

no tengo de vos ni un solo recuerdo del cual aferrarme...

Se quedaron callados mientras la tarde se deshacía frente a sus ojos... Sonaba de fondo una música que llenaba el aire sin llegar a ser molesta... Sus manos la recorrían, y con algunas caricias en los lugares correctos ella se estremecía y una sensación de electricidad le caminaba de los pies a los cabellos...
Él la miraba cerrar sus ojos, y corcovear su cuerpo... Ella pensaba en las mil formas en que le haría el amor en ese momento, mientras se le ruborizaban las mejillas y se dibujaba media sonrisa en su boca...
Entonces lo supo...
Se paralizó por el miedo, la atacó la ansiedad y respirar se le hizo cada vez más difícil. Sus propios pensamientos le cerraron la garganta y la sofocaron por un momento. Todo tembló, y ella escuchó ruido a roto, aunque en realidad nada había pasado...
Era tan evidente, y en unos sgeundo las imágenes de todas las señales se le vinieron a la cabeza: los ojos cerrados, apretar fuerte de su mano, las caricias, espiarlo cuando él no la veía, admirarlo, adorarlo, extrañarlo, pintar un mundo color de rosa, hablar de él aún cuando nadie estaba escuchando...
Ella había jurado no volver a hacerlo, había dejado de creer en el amor... Pero una vez más se había enamorado

Queme todos mis recuerdos, los tuyos, los nuestros... Los recuerdos de nosotros, de cuando todavía había un nosotros, del tiempo en que te deseaba desde lejos, del tiempo en que te lloré después de que te fuiste, que volviste, y otra vez te habías ido...
Los quemé, se esfumaron, se hicieron humo y cenizas, se desvanecieron... Ya no existen, ya no son, tal vez nunca fueron...
Ya no quedan pruebas ni de tus besos, ni de mis caricias, ni de mis rodillas riéndose de las tuyas, ni de tus tobillos besando la planta de mis pies...
Ya no hay nada que indique el paso de te cuerpo por mi cama, ni que tus labios hayan recorrido cada rincón de mi cuerpo... Ya no se dejan ver las cicatrices que alguna vez me abrazaban, y se escurrieron de mí todos tus momentos...
No resuenan más tus palabras alborotadas en mi cabeza, ni veo brillar tus ojos cuando cierro los míos, ni me río de tu risa, ni me escondo de tus ecos, ni te extraño, ni te pienso...
Te arranqué de mi vida, y sin quererlo me dejé ir con tu recuerdo...
Ahora no me queda más este cuerpo inherte, este hueco vacío en mi costado izquierdo, el sin sabor en mis labios, el mundo en blanco, gris y negro...

babel

mitad casual, mitad buscado.
tus manos estaban ásperas, y mi piel demasiado lastimada... con cada intento de roce hacías sangrar viejas heridas...
las palabras se tropezaban unas con otras al querer escaparse de tus labios, y mis oidos hacían intentos vanos por no escucharte...
tus ojos estaban abrazados por algunas pequeñas arrugas producto del cansancio, y tu pelo caía desordenado sobre tu cara como siempre...
te quedaste callado mirando a lo lejos más veces de las que pude contar, tal vez imaginando cómo hacer para expresarte, tal vez pensando en ella, y en cómo no deberías estar recostado en ese sillón conmigo...
yo hablaba de nada, hasta que vos me dijiste cosas tan hirientes que ya no fui capaz de soportarlas...
volviste a convertirte en ese ser inescrupuloso, en ese nene caprichoso incapaz de ceder... volviste a ser ese que tanto detestaba, ese que tanto amé...
una vez más parecíamos hablar distintos idiomas, todo lo que decía salía confuso de mi boca, y todo lo que expresabas vos era equivocado, cuando quería quererte me salía echarte, cuando quisite irte, yo no pude rogar...
y así fue como perdimos una noche más y como dejamos pasar frente a nosotros una nueva oportunidad... Le dimos la espalda a la vida, y la posibilidad de un futuro juntos se nos escapó de las manos...
Tu ego sigue siendo demasiado profundo, mi orgullo sigue siendo demasiado grande...
Seguís siendo perfecto para mí, sin poder ser mío...
Sigo siendo perfecta para vos, aún sin serlo...