fue como tenía que ser,
no como yo quería que fuera...
después de todo, nunca encajé en el papel
de diosa de hollywood de los años 60
andando en un descapotable rojo
y con el pelo volvando perfectamente desordenado al viento,
aunque me gustaba creer que sí.
en cambio,
pareciera que soy la actriz secundaria
la que es sombra,
la que se sienta a un costado con un vestido feo...
y así se me pasa el tiempo,
viéndolo todo con los ojos soñadores de quien no alcanza...