te veo que entras y aún desde lejos logro reconocer tu sonrisa torcida y tu gesto de querer estar en cualquier otra parte. no sé muy bien a qué viniste, y tus intenciones se me figuran idescifrables porque tu espontaneidad arruina cualquiera de mis predicciones.
como si fuéramos viejos amigos y ya no doliera, empezamos a reirnos del pasado... tus preguntas indiferentes esconden tu curiosidad real, mis respuestan tienen un dejo de tristeza...
te miente mi sonrisa, y mi mirada, disimulo lo que pasa para que la noche valga la pena, porque sé que la mañana va a dejar mucho que desear...
entre copas tu mano se deposita en la parte baja de mi espalda, y me susurras cualquier cosa como excusa para rozar tus labios con mi oido sabiendo que esa es mi debilidad...
vuelvo a quererte sin hacerlo, y soy tuya, una vez más