me mordí la lengua para no hablarte,
mientras mis manos permanecían atadas para no marcar tu número.

Quería llamarte.
Sabía que no era la hora, ni el momento adecuado, pero lo necesitaba.
Veía tu número apareciendo en la pantalla, y mi dedo esperaba juntar fuerzas para marcar el botoncito verde que te llamaba.
Entonces sonó mi teléfono. un número que no era el tuyo trataba de comunicarse, y atendí para distraer mi pensamiento de vos... Me entretuve por un rato, y cuando media hora más tarde por fin corté, no fui capaz de encontrar motivos para llamarte.
Seguía teniendo cosas para decirte, pero el impulso se había ido, y los efectos del alcohol habían desaparecido por completo.
Entonces me dormí. Es posible que hayas aparecido en mi sueños, o no, no lo sé...
Últimamente estás, y tengo urgencia de llamarte. La culpa me lo impide día tras día. Todavía algo de conciencia me queda. Es bueno saberlo.
Hoy el horóscopo en la última página de la reviste me dice que reniego de mi situación amorosa, y me arrepiento de errores pasados... Puede ser... El tuyo dice que es posible que tengas un encuentro casual con tu ex... Y yo ya no sé cuál es el grado de mi locura, pero creo que aumenta cada día un poco más.
No sé de vos más que ya no vivís donde solías hacerlo. Te olvidaste de mí, y de nuestra vida. Ya no pensas en nuestro futuro.
Pero necesito hablarte, porque en el fondo hay cosas que sólo vos entenderías.
Porque todavía creo que sos el único ser que se acopla perfectamente a mí.

no había sol que pudiera alegrar su tarde. el día había empezado bien, pero con el paso de las horas había ido decayendo. tenía mucho para hacer, pero no tenía ganas. y la angustia también le jugaba en contra. se encontraba en un punto estancado en su vida. quería avanzar a pasos agigantados, y sin embargo no se movía. dependía del tiempo, como siempre. quería escaparse, tenía ideas, quería cumplir sueños. sabía que cuando se terminara este período sus sueños permanecerían inconclusos, y eso le molestaba. quiso hacer algo, pero era tarde. entonces se sentó a esperar. le aburría su vida, y sus ideas no eran lo suficientemente fuertes como para llevarla lejos a esos lugares que inventaba para refugiarse en los días así.
el único escape era la televisión. si veía y escuchaba algo que la distrayera ya no tendría que pensar, y todo lo malo se alejaría. de cualquier forma era una solución parcial, porque sentada frente al aparato su vida seguía estática, y cuando se apagara, los problemas volverían.
no había solución ni respuesta clara. no había opción. escaparse ya no era una posibilidad.
suspiró. lo pensó. se resistió.
después se rindió... puso empeño en los quehaceres, hizo lo que tenía que hacer...
sus sueños seguirían ahí expectantes para cumplirse unas semanas después cuando ella se librara de sus obligaciones.

te sorprendiste cuando con ese beso intenso te arrebate todo pensamiento de tristeza. seguía siendo yo, pero qué distinto era todo! volví a ser tuya, y la noche volvió a ser nuestra... nunca te quise tanto como en ese momento en que tus ojos intentaron decirme lo que nunca fuiste capaz de aceptar. me veía reflejada en ellos, y por primera vez supe que ésto estaba bien.
ahora me doy cuenta que de diferente esa noche, no tuvo nada... era una noche más en que vos montabas un personaje, y yo era la misma que siempre te había creído.
ahora junto los pedazos de mí que quedaron desparramados por la casa, mientras trato de convencerme que no fue para tanto...
una vez más te tengo que volver a olvidar...

te vas de mi en los contornos de estas letras gastadas, y en las canciones que ya nunca canto mientras ya no te espero...
te escapas por las cuencas de mis ojos en cada gota salada que se desprende de mí por extrañarte...
te alejas en cada palabra que muere antes de llegar si quiera a ser pronunciada...
pero volvés,
siempre volvés...
aunque es mentira, y en realidad nunca te vas...
nunca te fuiste.