Quería llamarte.
Sabía que no era la hora, ni el momento adecuado, pero lo necesitaba.
Veía tu número apareciendo en la pantalla, y mi dedo esperaba juntar fuerzas para marcar el botoncito verde que te llamaba.
Entonces sonó mi teléfono. un número que no era el tuyo trataba de comunicarse, y atendí para distraer mi pensamiento de vos... Me entretuve por un rato, y cuando media hora más tarde por fin corté, no fui capaz de encontrar motivos para llamarte.
Seguía teniendo cosas para decirte, pero el impulso se había ido, y los efectos del alcohol habían desaparecido por completo.
Entonces me dormí. Es posible que hayas aparecido en mi sueños, o no, no lo sé...
Últimamente estás, y tengo urgencia de llamarte. La culpa me lo impide día tras día. Todavía algo de conciencia me queda. Es bueno saberlo.
Hoy el horóscopo en la última página de la reviste me dice que reniego de mi situación amorosa, y me arrepiento de errores pasados... Puede ser... El tuyo dice que es posible que tengas un encuentro casual con tu ex... Y yo ya no sé cuál es el grado de mi locura, pero creo que aumenta cada día un poco más.
No sé de vos más que ya no vivís donde solías hacerlo. Te olvidaste de mí, y de nuestra vida. Ya no pensas en nuestro futuro.
Pero necesito hablarte, porque en el fondo hay cosas que sólo vos entenderías.
Porque todavía creo que sos el único ser que se acopla perfectamente a mí.