lo intentó con más fuerza que cualquier otra cosa que hubiera intentado antes, tiró con cada músculo de su cuerpo, y lo deseeó con cada fibra. aún así, nada pasó, nada cambió, el reloj no volvió hacia atrás sus agujas ni tan siquiera un segundo, irónicamente parecía haber empezado a andar más rápido. se sintió tan frustrada que el aire al ingresar por sus pulmones la mareaba de lo denso que lo sentía. cerró los ojos unos minutos tratando de concentrarse, aunque no sabía muy bien en qué. entonces todo fue muy claro: el tiempo podía no querer volver, pero ella no lo dejaría escaparse.
y así fue como llamó por teléfono a todos esos amigos de los que se sabía el número de memoria (porque esos eran los que más importaban) y habló por horas. volvió a ver sus películas favoritas, salió afuera y lo absorbió todo, y no importaba que estuviera lloviendo, era una cosa maravillosa más cuya explicación todavía no comprendía. se hizo mil promesas a sí misma, y a media que pudo las cumplió una por una. cantó, aunque no pudiera entonar correctamente una sola nota, y lloro, aunque ya no doliera.
nunca más el tiempo se iba a ir de sus manos, ahora ella hacía valer cada segundo.