digo que la culpa fue tuya,
aunque probablemente haya sido mía,
siempre es mía...
y también del destino,
y de sus caprichos y sus ironías.
nunca quise perderte
pero te fuiste justo cuando empezaba a quererte.
sé que lo dije muchas veces,
pero cuando realmente empezaba a sentirlo,
te quebraste.
el tiempo ya se había colado entre nosotros,
y ya todo parecía dicho.
así que te fuiste.
yo me quedé sentada viendo por la ventana como tu auto doblaba la esquina.
mis labios temblaban, y el te quiero que venía desde lo más rojo de mi corazón no tuvo un oido ajeno que lo escuchara