miento,
porque no hay nada en el mundo que me de tanto miedo como la soeldad,
porque me acostumbre a vos, a la compañía.
miento,
porque los días serían demasiado largos,
y las noches estarían demasiado vacías.
miento,
porque cuando enfrentaba al mundo sola, sufría,
porque me dolía físicamente el corazón, y abstractamente el alma.
miento,
porque no encuentro otra salida,
porque si no, no sé cómo sería.
miento,
porque es la única forma que sé para (sobre)vivir el día a día

aprendi a correr, incluso antes de poder mantener el equilibrio...
por eso me caí, por eso tropecé.
pero me levanté.
una y mil veces sin pensalo, me levanté.
entonces, después de correr aprendí a caminar...
me tomé las cosas con más calma, aprendí a disfrutar más...
me caigo de vez en cuando, quién no?
porque como algún cantante dijo alguna vez:
"tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien"...