traté de hablar, de decir algo que pudiera arreglar todo lo que se había roto, pero no pude. no me salió la voz, ni se me ocurrieron palabras, pero sobre todo no fui capaz de desatar el nudo de mi garganta. entonces ya todo se había terminado, y seguir sin mirar era de cobardes. por eso el silencio habló por mí, y la sombra que cubrió tu mirada lo dijo todo por vos. mirarnos los ojos estaba de más. y la gente en la plaza siguió caminando. mis manos se avergonzaron y se escondieron el mis bolsillos, y vos te fuiste caminando sin mirar atrás.
volveremos a reir, cada quien por su lado, claro esta.
pero primero habrá que recoger los pedazos de corazón de los rincones...