intentas distraerme, pero igual quiero llorar.
estás conmigo, y me decís que te gusto.
yo ya sé lo que eso significa,
y no me imagino otra cosa;
no más.
pero estás conmigo y mientras me abrazas con todas tus fuerzas
me decís que te gusta mi piel, que soy suave,
y acaricias mi espalda con amor
(que no es amor).
y yo tímida dejo escapar palabras que te asustan,
pero igual no decís nada,
y me seguís abrazando.
yo intento advertirte sobre las tardes de domingo,
sobre el viento en el río,
sobre la cama revuelta,
que soy desordenada,
que pelo las uvas, y los gajos de mandarina,
que odio las semillas,
y que siempre me enamoro.
pero no puedo,
ya me voy, está amaneciendo.