no paro. todo el día hago algo, sino, me tiro y duermo.
no pienso, no me doy esa posibilidad.
los pedazos de mi corazón cuelgan de un hilo demasiado débil que amenaza con romperse en cualquier momento: si te pienso, por ejemplo.
por eso sigo.
apareces fugazmente, pero no te dejo quedarte.
vivo.
hasta que el dolor rebalse, y me haga estallar en un millón de pedazos.