Pensaba en el destino, y en eso de si nuestro futuro ya está escrito o somos nosotros los que lo vamos escribiendo día a día, con cada decisión; buena o mala. Y entonces pensé en nosotros. En que estábamos predestinados, aunque no lo supiéramos. Y pensé en todas esas veces en que nos cruzamos antes de esa vez. En que teníamos que estar juntos, pero no lo sabíamos, porque estábamos con otras personas. Por que elegimos opciones que nos llevaban por caminos distintos, y aunque el destino nos cruzara, nosotros no sabíamos aprovechar el momento.
Pero ahora estamos juntos, como tendríamos que haber estado desde hace mucho tiempo, aunque no podíamos darnos cuenta.
Y entonces llego a la conclusión que la vida es un poco de los dos. Un poco lo que el futuro nos depara, y un poco las decisiones que tomamos, pero al final de cuentas, un poco antes, o un poco después -dependiendo de nuestros propios aciertos o desaciertos-, las cosas son como tienen que ser; y lo que tiene que pasar, va a pasar... Eventualmente...
Por eso amo esa palabra. Y por eso te amo a vos.