Te perdono, aunque no me pidas perdón, aunque ni siquiera sepas que me lastimaste, que todavía me lastimas.
Porque todavía seguimos sin ser todo eso que nunca nos animamos, y queriendo ser todo lo que nunca pudimos.
Me pregunto qué habría que haber hecho diferente para estar hoy uno en la vida del otro. Y estoy casi segura que en ninguno de los posibles caminos terminábamos juntos.
Porque el nuestro era un amor imposible, un amor destructivo y eso también era parte de su magia. Saber que yo nunca iba a ser tuya y vos nunca te ibas a conformar conmigo.
Nada es suficiente para vos, ni nadie, ni siquiera hoy. Por eso un poco me alegra no ser yo la que esta con vos, y saber que soy la que siempre te va a faltar.