Mi infinito fue demasiado grande para vos que te conformabas con el cielo.
Te llenaste de miedos, o te vaciaste de amor, y te fuiste. 
La en eternidad en mis ojos era demasiado para tu presente. 
Escapaste del destino que era tu vida al lado mío. Escapaste de mi. Como si alguna vez hubieses sido prisionero. Como si la libertad que siempre compartimos no hubiera sido suficiente. Como si mi amor te hubiera asfixiado, aún siendo la única persona en tu vida que nunca reclamo nada.
Hoy en un presente lejano y distante, mis ojos siguen siendo un horizonte eterno, y mi sonrisa sigue brillando por si misma. 
Por que no eras vos, era yo. 
No eran tus ojos, ni su brillo, era yo que los hacía brillar y reflejar en ellos mi amor, no era tu sonrisa, era yo que era feliz y te contagiaba mi felicidad. No eran tus palabras, eran mis palabras y tus "yo también". 
No eras vos, nunca lo fuiste.
Era yo. Siempre fui yo. 
Y todavía lo soy, aún hoy sin vos.