No pude serme infiel a mi misma, y te dejé ir. 
Digo te dejé ir, asi como dice quien decide lo que va a pasar, porque en el fonde sé que de haber hecho algun berrinche todavía estarías acá conmigo, vos siendo infeliz y odiándome, yo mendigando amor.
Pero pude distinguir entre perder y dejar ir. Y yo no te perdí. 
Te abrí las puertas para que seas tan libre como siempre y saliste corriendo, escapándote de mi infinito, de mi inmensidad, de mi amor. 
Lo nuestro era enorme, y te dio vértigo. 
Hasta siempre, amor de todas mis vidas.