El sabor amargo del final justo antes de que todo se termine, 
el gusto a óxido en los labios porque el corazón, que normalmente bombea sangre, hoy sangra, 
la crónica de una muerte anunciada. 
El adiós que se me queda en la comisura de los labios, porque ni te vas, ni viniste. Todo sigue como era, porque nunca fue. 
Y ahora sólo sobra un plato clandestino en mi mesa, y la mitad de la cama que no uso sigue hecha. No hay nada que decir, estaría de más. 
Sonrisas fingidas, y que tengas buena vida.

Nunca terminó, porque nunca empezó. Y así como venías, de pronto dejaste de venir. Yo siempre pidiendo que te quedes un rato más, vos sin entender que era mi forma más sincera de decir que te quería ahí conmigo, en mi cama, en mi domingo que antes nunca me gustó compartir con nadie, en mi vida. Vos tanta pasión, yo tanta ternura. Hablado dos idiomas distintos, sin decir nunca nada. Dejé de invitarte, de escribirte, de rogarte. Vos nunca hiciste acuse de recibo.
Pero nunca terminó, porque nunca empezó; porque nunca fue.

Te miento. 
Te digo que ya sé que esto es sólo esto y nada más. 
Te digo que ya sé que no podemos contarlo, ni seguirlo, ni enamorarnos. 
Sé todo. 
Como también sé que nunca pude separar el amor, del sexo, que nunca supe que se podía besar sin querer, así porque sí. Y yo creo que vos lo sabes, por eso pones distancia, por eso te vas antes del desayuno, por eso sólo respondes con sonrisas de cortesía cada vez que te digo que me encantas. Porque yo soy así, cuando estoy bien la alegría se me escapa por los poros, me lleno de sonrisas, de labios y mordidas, y hablo, porque nunca supe callar. Maldita necesidad mía de compartir todo lo que siento.
Pero igual te miento, te digo que ya sé, te dejo que te vayas, me guardo tu beso de despedida cada vez, porque no sé cuándo va a ser el último. 
Y es inminente, ya lo sé, pero te miento, para intentar convencerme.

Volví a esperar de vos lo que nunca supiste darme. Te dije que ya no me conocías más, y te invité a re-conocerme. Quise despedirme de vos y de ese sueño que quedó para siempre inconcluso. Pero vos, seguís siendo vos. Vos no cambiaste, no creciste, no mutaste. Sos el mismo que siempre ame, el mismo que siempre odie. Hasta la próxima vida desconocido.

Yo te elegí para siempre, vos elegiste para siempre no estar más conmigo. 
Cada uno hace con su eternidad lo que quiere.

Quiero ser magia para vos. 
Quiero ser diversión, incertidumbre, misterio. 
Quiero que me tengas y que quieras más. 
Quiero faltarte y que me reclames. 
Quiero que brillemos a la par, disimulando frente a los ojos de todos los demás.

Elegí tus ojos, incompletos, de a pedazos, rojos, para mirarlos toda la vida. Tus ojos y tus pestañas que llegaban hasta el cielo, como mi amor. Podría haberme pasado la vida colgada de tu mirada. Pero elegiste irte y dejarme a oscuras. Sin imaginar que mi brillo iba a ser mil veces más fuerte que el destello de tus ojos. Soy mi propia luz, ya no te necesito alumbrando mi camino.

Te veo y todo se me pasa. 

Se me pasa la angustia, las dudas, el sueño, las horas. 
Se me pasa el dolor, la soledad, los días. 
Te veo y se me pasa la vida.

Con vos no quiero tener cuidado, ni tener razón, quiero perderla mientras me comes la boca y nos abrazamos rompehuesos. Quiero olvidarme del reloj, las contras y los peros, y secuestrarte por horas mientras se nos desgasta el cuerpo. Quiero esconderme para siempre hundida en tu abrazo y dejar que tu perfume sea mi aire. Quiero bailar acostados y hacer el amor de parados. Quiero reírme a carcajadas y contagiarte. Quiero pasearme provocativa y que me comas con la mirada mientras todos nos miran, pero nadie se imagina nada. 

El amor no es solo tu risa y tus ojos rojo fuego. El amor no es solo tus tiempos y tus caprichos. El amor no es solo los besos que te ruego.
El amor también soy yo, y mis descansos, yo y mis letras, yo y mis horas viendo la lluvia caer, que a veces pareciera que cae solo para mí.
El amor es mío, el amor soy yo.
Y vos; ya no sos nada.

Sentía merecerte. 
A vos y a nuestro amor perfecto: 
nuestro amor sin dudas, ni peros; 
nuestro amor sin matices, sin medias tintas, nuestro amor a todo o nada, pero a todo.
"Perfecto".
Demasiado.
Ahora entiendo que merezco la libertad que brindo, que merezco el doble del amor que ofrezco, que merezco risas y besos y futuros hipotéticos. 
Merezco poder soñar y poder contar mis sueños sin miedo. 
Merezco poder planear sobre futuros no tan inciertos. 
Merezco poder amar sin que me pongan frenos.

Gracias por el sacudón, el huracán, el abandono, la caída. 
Gracias por irte y dejarme librada a mi suerte, sólo así volví a encontrar mi verdadero valor. Solo así supe que era momento de salvarme a mí misma nuevamente.
Reencontré la fuerza que había dejado de necesitar porque me apoyaba en vos. Reencontré mi voz, que se había aplacado para susurrarte, y ya no para elevar mi grito de libertad. Reencontré todas las palabras que tenía guardadas en mi corazón, que estaba encadenado al tuyo. 
Me reencontré a mí misma, la de la risa fácil y el pelo despeinado, la de ojos soñadores y pies voladores, la de sentimiento rebelde y corazón amable. Reencontré mis letras, mis sueños, el baúl lleno de ilusiones. Me reencontré con los besos fugaces y las conversaciones histéricas. 
Incluso me reinventé, dejando atrás la que ya no quería ser.
Gracias por irte, y dejarme a solas conmigo misma. 

Deje ir al amor de mi vida, quien de una dia para el otro, y después de casi cinco años decidió que mejor ya no me quería. Y seguí, como siempre, hacia adelante porque no hay otra forma de vivir esta vida, que a veces es una fiesta y a veces es muy puta. 

Dejemos lo posible para los mediocres, para los conformistas. 
Nosotros seamos imposibles y que dure lo que tenga que durar.

No pude serme infiel a mi misma, y te dejé ir. 
Digo te dejé ir, asi como dice quien decide lo que va a pasar, porque en el fonde sé que de haber hecho algun berrinche todavía estarías acá conmigo, vos siendo infeliz y odiándome, yo mendigando amor.
Pero pude distinguir entre perder y dejar ir. Y yo no te perdí. 
Te abrí las puertas para que seas tan libre como siempre y saliste corriendo, escapándote de mi infinito, de mi inmensidad, de mi amor. 
Lo nuestro era enorme, y te dio vértigo. 
Hasta siempre, amor de todas mis vidas.

Mi infinito fue demasiado grande para vos que te conformabas con el cielo.
Te llenaste de miedos, o te vaciaste de amor, y te fuiste. 
La en eternidad en mis ojos era demasiado para tu presente. 
Escapaste del destino que era tu vida al lado mío. Escapaste de mi. Como si alguna vez hubieses sido prisionero. Como si la libertad que siempre compartimos no hubiera sido suficiente. Como si mi amor te hubiera asfixiado, aún siendo la única persona en tu vida que nunca reclamo nada.
Hoy en un presente lejano y distante, mis ojos siguen siendo un horizonte eterno, y mi sonrisa sigue brillando por si misma. 
Por que no eras vos, era yo. 
No eran tus ojos, ni su brillo, era yo que los hacía brillar y reflejar en ellos mi amor, no era tu sonrisa, era yo que era feliz y te contagiaba mi felicidad. No eran tus palabras, eran mis palabras y tus "yo también". 
No eras vos, nunca lo fuiste.
Era yo. Siempre fui yo. 
Y todavía lo soy, aún hoy sin vos.

Te odio porque no me mentiste, porque no me engañaste, porque siempre me trataste bien. Te odio por ser atento y cuidar de mi hasta el último momento. Te odio por darme miles de buenos momentos y por no tener ningún recuerdo malo. Te odio por todas las razones por las que todavía te amo.

Esperaba una epifanía, o un rayo de luz que me partiera al medio, o al menos un puñado de recuerdos en formato súper 8 que no me dejaran seguir con mi vida. 
Pero no hubo nada de eso. 
Ni nada de eso, ni nada de nada. 
Solo unas horas de llanto y al hecho, pecho. 
Me levanté al día siguiente y salí a patear la calle. Y seguí viviendo, sin dolor, sin pesadumbres, sin angustia. 
Seguí y punto.
Y conocí gente nueva, y besé labios desconocidos, y hablé idiomas que no comprendía. 
Y así todo, 
así mi vida, 
así hoy sin vos, pero igual a cuando estabas, o tal vez mejor, más libre, más tranquila, más segura. 
Qué raro haber pensado que sin vos me iba a morir y estar acá haciendo algo tan simple como vivir. Y sobretodo disfrutar; poder reírme con ganas, poder planear, proyectar, soñar, y no escuchar el eco de tus peros. Poder mirar el futuro sin dudas y sin temblores. Ya no hay cuerda floja, ni árboles que tapen el horizonte, ni vivo con el miedo de perder. 
Porque ya te perdí.
Es como algo que alguna vez leí por ahí, es la ventaja que tenemos las personas rotas, las personas dañadas:
ya pasamos por esto, y ya sabemos cómo sobrevivir.

Bastaba un beso y no hubo nada. 
Bastaba tu abrazo, pero quedó vacío. 
Bastaba una palabra y hubo silencio. 
Me fui para siempre, con el alma en pedazos, sin mirar atrás, como nunca miré.

Que extraño concepto ese de morir por otro. Sería muy fácil morir por vos: muero y punto, no implica ningún sacrificio. Yo creo que el mayor acto de amor es vivir por vos, y estar dispuesta a afrontar las consecuencias de esa elección todos los días de mi vida. Vivir por tu amor, por todo lo que fue, y todo lo que fuimos. Vivir por vos, sin vos, sin que vos vivas por mí. Ese definitivamente es mi último regalo para vos.

Sos mi "nada", de cuando la gente pregunta qué me pasa. Me pasas vos. Me pasas vos en todo el cuerpo. Me pasas vos en las grietas que se abren en el alma. Me pasas vos en la melancolía que se me instalo en el costado izquierdo de mi ojo. Me pasas vos en mis pies muertos de frío y en mi sonrisa que olvidó como curarse. Me pasas vos en las horas que ya no se llenan con nada. Me pasas vos en los recuerdos, en los momentos felices. Me pasa que ya no me pasas.
Que qué me pasa?? 
No, nada, nada.

Que llueva. Y que el cielo lloré conmigo, y que sus lágrimas se lleven mi lluvia. Y que mi gris se mezcle con sus nubes y no se note tanto. Y que pase el tiempo, y me encuentre lejos, en países lejanos, hablando idiomas desconocidos y deseando que estuvieras ahí conmigo. Y que ya nunca estés, ni deseándote, ni extrañándote y que sólo habites en un recuerdo lejano de un tiempo que fue mejor y que quedara para siempre cristalizado en el tiempo. Y que me extrañes y te duela la distancia y el tiempo. Y que me busques. Y que seamos para siempre felices, y que comamos perdices.

Ojalá pudiera borrar el día de hoy, o el último mes, o lo que sea que haya sido que te hizo mirarme de una forma distinta. Pero no puedo, en cambio sólo puedo pedirte que no me olvides. Que me dejes ser eterna en tu memoria. Que te acuerdes de mis pies muertos de frío, de mi espalda que se llenaba de tus besos, de mis besos que se llenaban de tu cuerpo. Que te acuerdes de las noches llenas de estrellas y de las luciérnagas que nos acompañaban a nadar desnudos en verano. Que te acuerdes de la playa, los médanos, y de la luna. Que sepas que de alguna forma, esa que amaste sigue en mi, sigo siendo yo. Aunque vos hayas cambiado. Ojalá siempre te acuerdes de todo eso que yo nunca me voy a olvidar.

Antes de que te rindieras, fuimos eternos, fuimos fugaces infinitos que duraron para siempre. 
Fuimos vientos, tempestad y marea. 
Fuimos calma. 
Fuimos amor del bueno, puro, de ese que ya no se encuentra. 
Fuimos libertad juntos. 
Fuimos todo lo que quisimos y más. 
Fui tan tuya como nunca fui de nadie. 
Fuimos risas a la madrugada y abrazos rompehuesos. 
Fuimos besos exploradores, fuimos fuego. Fuimos aventura. Fuimos fugitivos del tiempo. Fuimos familia, amigos, pasión, sexo.
Fuimos.

Dicen que uno siempre quiere volver a aquellos sitios donde amó la vida. Yo no. Al menos ya no más. Volver causa decepciones. Volver lastima. Volver ahoga, retrocede. Yo voy para adelante. Tal vez con pasos pequeños, tal vez con pasos inseguros y tímidos pero siempre para adelante. Atrás no hay nada, sólo vacío y la nada. Sólo vos y la nada. Sólo que recuerdos que ya no son: nada.
Así que si este es el adiós, que así sea. No te deseo nada para tu futuro más que felicidad. La que quise darte y no te alcanzó, la que quise darte y no supiste manejar. Y libertad: ojalá la próxima que te ame, te ame libre, porque si no lo hace así, no vas a ser vos. Va a amar de vos lo que ella haya moldeado, va a amar de vos un prototipo. Pero no te va a amar a vos como te ame yo, con todo y tus manos de papel de lija, con todo y el fuego de tus ojos, con todo y tus distancias, con todo y punto.

Te perdono, aunque no me pidas perdón, aunque ni siquiera sepas que me lastimaste, que todavía me lastimas.
Porque todavía seguimos sin ser todo eso que nunca nos animamos, y queriendo ser todo lo que nunca pudimos.
Me pregunto qué habría que haber hecho diferente para estar hoy uno en la vida del otro. Y estoy casi segura que en ninguno de los posibles caminos terminábamos juntos.
Porque el nuestro era un amor imposible, un amor destructivo y eso también era parte de su magia. Saber que yo nunca iba a ser tuya y vos nunca te ibas a conformar conmigo.
Nada es suficiente para vos, ni nadie, ni siquiera hoy. Por eso un poco me alegra no ser yo la que esta con vos, y saber que soy la que siempre te va a faltar.

Pensé que era para siempre. Pero no el para siempre de los 15 años, el para siempre, para siempre. El de verdad, el de "te esperé toda la vida y acá estas". Y tal vez vos seas mi para siempre y yo no sea el tuyo. Porque el amor también a veces funciona así, como dice el libro: el amor es muy puto. Así que es posible que vos si seas el amor de mi vida de todas mis vidas. Me niego a creer que mi intuición haya fallado tanto. Y tal vez yo realmente no sea más que un amor pasajero en una de tus vidas, porque me niego a creer que seas tan tonto como para dejar ir al amor de tu vida.

Agradezco tenerlas. Para bien o para mal. Tener por que brindar. Tener historias, anécdotas, recuerdos, y por sobretodo sueños. Poder proyectar con ellas también
 Ansiar que llegue el día de mañana, y saber que todo va a ser menos difícil porque van a estar conmigo, porque no importa lo que se me presente, no voy a estar sola.
Y seguir, y remar y no bajar los brazos.
Sobretodo agradezco no bajar los brazos

No vales nada, o tal vez si, tal vez lo vales todo. Tal vez vales mi vida, mi presente y mi futuro. Porque mi pasado ya fue tuyo. Pero nunca podría saberlo porque cada vez que me lo pregunto, terminas por arruinarlo, con tu orgullo, con tu indiferencia.
Y haces temblar mi mundo, por esos instantes en los que me ignoras, y al final me haces creer que no vales nada.
O tal vez si, no podría saberlo.

Tu indiferencia siempre mostrando tu verdadera cara

Volví a sonarte, como siempre, como desde hace años. Y en el sueño todo es como nunca pudo haber sido aunque evoca algunos recuerdos de como fue.
Y hoy no estas, como nunca estuviste; y somos los mismos que nunca fuimos sin embargo 15 años después seguís paseandote indiferente por los rincones de mi mente y que triste se ve todo desde acá.

Todo lo que siempre quise escuchar, y más.
Y más.
Todo desde esa forma de ser tuya y única.
Y mi perfume inundaba tu aire.
Te dije que tenía frío, y te di de a una mano por vez, mientras con la otra sostenía el vaso casi vacío.
Yo pretendía una cotidianeidad que vos te empeñabas en desbaratar. Te hablaba de todo, de la vida; de nada. Y vos, querías saber más, "algo del corazón" me dijiste. Te dije que todo lo que decía, era del corazón. Como siempre, no me creíste.
Y ahí estábamos, aturdidos, confundidos, alucinados.
No pregunté ninguna de todas esas cosas de las que en realidad no quería saber las respuestas. Vos insistías en querer decirme que yo era el amor de tu vida.
Vos también sos el amor de mi vida. Un amor eterno y pasado, el amor de mi vida de una vida que ya no elijo. Pero permanece, intacta, intocable, inalcanzable, en ese universo paralelo donde sí nos animamos a todo, cuando todavía había tiempo.
Así que gracias, me encanta saber que yo soy el amor de tu vida, en cualquiera de tus vidas

Extraño leer. Suena raro decir eso. Pero extraño leer. Ese momento tan íntimo y simple como es acurrucarse con una manta, una raza de chocolatada y un buen libro en el cual pueda perderme por horas. Extraño esas horas de ocio que antes solía dedicarle. Ya voy a recuperarlas, me digo, ya me voy a hacer el tiempo para elegir un buen libro, elegir una buena excusa, apagar todo y perderme en esos universos paralelos infinitamente más agradables que este, donde todo te aturde y te absorbe.

que no estes acá no es más que una posibilidad de aprender una nueva manera de amarte.

amarte en los kilómetros y en los recuerdos. en la las noches a destiempo, en mis sueños mientras vos amaneces; a través de cables y de espacios que no vemos.
es una oportunidad de aprender que en realidad, estar lejos no es la distancia, sino los silencios, las ausencias; y que entonces nosotros no estamos tan lejos porque nos acompañamos. yo igual te extraño.
que lo que no te mata, te fortalece; dicen...
pero nosotros ya desde antes éramos indestructibles.

fue como si de golpe el verano estallara en un millón de pedazos, y todo lo que nos quedó fue este otoño.
vos tuviste que irte lejos, a donde no puedo alcanzarte.
yo igual te busco, todos los días, todas las noches; y te espero.
lo que más duele es encontrarme haciendo sin vos, esas cosas que siempre hacemos juntos.
me siento tan sola: ninguna compañía se parece a la tuya.
quisiera no haberte soltado nunca.
no puedo evitar pensar en vos cada hora, de cada día.
te extraño tanto que me duele el corazón, la piel y las manos.
perdón, vos debes estar durmiendo y yo acá pensándote, intentando despertarte, llamarte, traerte de vuelta;
soñarte.
ojalá estuvieras acá.
te amo.
buenas noche.
buenos días.

lo sabemos muy bien.
vos allá, y yo acá.
acá el frío se adelanta, allá no quiere irse.
los dos dormimos lejos del abrazo que debería abrigarnos;
y a destiempo.
no me acostumbro al silencio que me aturde por las noches,
a los días de 57 horas,
a los 12 km de todos los días que se transformaron en 12.000.
extraño poder tocarte, reírme a carcajadas, tus manos, tus besos, tus miradas.
no importa, porque el tiempo viene y se va,
y pronto nos vamos a dar cuenta de que ya no hay distancia,
y vas a estar parado en la puerta de mi casa, como un día cualquiera,
como si nada,
y vas a entrar, vamos a mirar una peli acurrucados, y no va a hacer falta decir ni una palabra.
vas a volver, nos vamos a abrazar, y va a ser como si nunca te hubieras ido.

te amo por todo lo que sos, y por lo que no. porque estás al otro lado del mundo, y yo te siento acá, al lado mío. porque nunca faltas, ni faltarías. te amo por tus manos ásperas, rugosas, lastimadas que me dan las caricias más suaves que nunca recibí, y por tus ojos únicos y perfectos que te hacen especial y mío. te amo por tu honestidad brutal, y porque no podés disimular. porque llegaste a mi vida y nunca te fuiste. te amo por todas las veces que nos cruzamos sin saberlo, y por todas las otras vidas que ya vivimos juntos. te amo por lo que pasamos, y por todo lo que va a venir. porque no creo que haya nada que nos pueda pasar que nos rompa. porque tu pecho tiene el lugar perfecto para que yo me duerma, y tus abrazos son la mejor forma de mantenerme cálida y segura. te amo porque no hay porvenir sin vos.

acomodé mis cosas, levanté la vista, y volví a mirarte, buscando que me vuelvas a mirar vos también. "vos bien?" te pregunté. me sonreíste y dijiste que si; no había lugar para otra respuesta. me fui. 

me escondí, y lloré por lo que fue y no, por lo que pudo haber sido, por lo que nunca será. por las veces que te busqué y aún contra todo pronóstico, te encontré. por los años que hace que ya no te busco. por las noches que te pedí que fueras y no fuiste, pero las veces que sí estuviste ahí. 
lloré por mí, porque no voy a tenerte. por vos, porque vas a ser normal a los ojos de todos los demás, porque nadie te va a mirar como yo.

la alegría de elegirte, y que me elijas.

ese don que tenés de hacerme sentir vulnerable e invencible mientras me acurruco en tu abrazo es lo que amo. querer que me cuides, y a su vez hacer todo para cuidarte. saberme débil ante vos, y valiente ante cualquiera que se nos enfrente. sentir que desde que estás conmigo no hay tiempo, solo eternidad. la simpleza de tu compañía, y la importancia de la misma. vos.

más que tu boca, amo tus besos.
más que tus besos, amo tu mirada.
más que tu mirada amo tus manos y la eternidad de tus caricias.
más que todo, te amo.

esa sensación de querer que el resto de tu vida empiece ya,
y no poder tomar la determinación de hacerlo.

que desilusión tan grande, que sensación de vacío.
cuántas horas que ahora parecen perdidas.
cuántas cosas desearía haber callado.
cuánto amor malgastado.
peor que cuando un hombre te rompe el corazón,
es cuando te lo rompe una amiga.

necesito más amigos de todos los días, y menos amigos de fin de semana. más amigos de los que pasan a visitar sin avisar, y menos de los que para verlos tengo que programar con una semana de anticipación. necesito más amigos de los que me hacen reír, y menos amigos de los que me hacen preguntarme qué hice mal. necesito menos amigos de los que llaman para decir feliz cumpleaños, y más amigos de los que saben los nombres de mis papás. necesito más amigos que sean para siempre.

los medios de comunicación parecían muchos, parecía que iban a alcanzar, quizás hasta sobrar. y no. ni un poquito. no alcanza ni para un cuarto de lo que te necesito.
no pasaron 3 meses todavía, y tu ausencia se siente como si no te hubiera visto en 10 años.
vos eras (sos) mi persona.
siempre dispuesta, siempre con ganas de hacer algo, siempre con un "si", sin importar lo locas, o aburridas, o bizarras fueran mis ideas.
no hay más personas como vos, ni hay amigas como nosotras.
y ahora estás tan tan tan lejos que no puedo llamarte, y decirte que vengas a tomar sol, o a ver una peli, o solamente a estar. porque cuando sólo estábamos era cuando mejor la pasábamos. porque una tarde de lluvia sin hacer nada, siempre surgían los mejores días, porque no había forma de aburrirnos porque vos me divertías a mí, y yo a vos.
te extraño, y no porque te necesite, porque en muchos sentidos estoy pasando mi mejor momento, y soy plenamente feliz, pero es en lo cotidiano, en lo de todos los días en lo que faltas.
se me ocurrió teñir unos shorts como se usan ahora, aunque donde estás vos, se usaron el verano pasado. y no puedo hacerlos, porque quién más aparte de vos y de mí puede divertirse tiñendo y destiñendo shorts y pegándole tachas un día entero?
estás bien, viviendo como soñaste, y me pone contenta por vos, pero a veces hacés falta.

"no lo entiendo", te digo.
y vos te sonreís, y ahi como estoy, despeinada, descalza y en puntas de pie para alcanzarte, me abrazas.
es que no puedo explicar como llegas, y soplas lejos lo que hubiera de malo,
y te llevas lo que sea que estuviera molestando con tu sola presencia.
caminás hacia mí con esa despreocupación que me calma y me estresa,
y me haces feliz:
en las noches de verano que esperamos que lleguen,
en las siestas que dormimos entre abrazos y despidiendo al invierno,
cuando me comes a besos, y no dejas mis migas,
en la mueca que dibujas justo después de despertarte

una vez, cuando éramos más chicos, en una clase que no compartíamos, una persona que después me traicionó; medio en serio, medio en broma te dijo, refiriéndose a mí y todos rieron: "no dejes pasar el tren".
y la vida es un poco como los trenes, o será que los trenes son la manera más figurativa para poder explicar las oportunidades de la vida.
la cuestión es que pasé más veces de las que puedo recordar, y vos siempre parado con el boleto en la mano, me mirabas marchar.
entonces el tiempo que compartíamos se terminó, y yo dejé de pasar, y las oportunidades se nos dejaron de presentar, y ya nos gana el tiempo que no somos nada, al tiempo que fuimos "algo".
y a nadie le importa, pero no sé, hoy llueve.

desde que era chica mi mamá siempre me decía (y le decía a los demás refiriéndose a mí) que yo no conocía el miedo, que siempre miraba a la vida a los ojos, y que ni aunque se me presentara el mismísimo diablo yo flaquearía. yo me sonreía y me sonrojaba. solía estar secretamente orgullosa de esto, no porque nunca sintiera miedo, que de hecho, a veces lo hacía, sino de que el mundo pensara que no, de atreverme a enfrentar a quien o a quienes o a lo que se me interpusiera en mi camino.
hasta ahora.
que no hay un enemigo visible, que no sé contra quién combatir, que no estoy segura de qué armas emplear. y estoy paralizada, chiquita y asustada, frente a la inmensidad del futuro.
con vos a mi lado por ahora, y sin saber cómo hacer para frenar el tiempo, para que todo se quede así, perfecto, como lo sentimos ayer.
con miedo a seguir creciendo, a que la vida me aleje de las personas que más quiero, que las lleve lejos donde ya no puede escucharlas o sentirlas.
con miedo de no saber qué es lo que quiero, pero sabiendo que no quiero conformarme.
con miedo a la normalidad, a lo que se supone que debe ser.
con miedo a que pase el tiempo, y que al mirar para atrás solo haya arrepentimientos.

de cuando llegaste

apareciste cuando no te buscaba. cuando era feliz, y me sentía plena. cuando los días estaban cargados de risas y abrazos, y amigas eternas.
llegaste. te colaste en mis noches, y en mis horas.
te hiciste tan necesario y cotidiano como el café de las mañanas.
encontré en vos todo eso que no sabía que me faltaba.
nunca me olvides. nunca te vayas.
quedate donde pueda cuidarte, donde el tiempo no se nos escape, donde nuestra risa sea eterna.
quedate conmigo, hundido en mi abrazo.

Pensaba en el destino, y en eso de si nuestro futuro ya está escrito o somos nosotros los que lo vamos escribiendo día a día, con cada decisión; buena o mala. Y entonces pensé en nosotros. En que estábamos predestinados, aunque no lo supiéramos. Y pensé en todas esas veces en que nos cruzamos antes de esa vez. En que teníamos que estar juntos, pero no lo sabíamos, porque estábamos con otras personas. Por que elegimos opciones que nos llevaban por caminos distintos, y aunque el destino nos cruzara, nosotros no sabíamos aprovechar el momento.
Pero ahora estamos juntos, como tendríamos que haber estado desde hace mucho tiempo, aunque no podíamos darnos cuenta.
Y entonces llego a la conclusión que la vida es un poco de los dos. Un poco lo que el futuro nos depara, y un poco las decisiones que tomamos, pero al final de cuentas, un poco antes, o un poco después -dependiendo de nuestros propios aciertos o desaciertos-, las cosas son como tienen que ser; y lo que tiene que pasar, va a pasar... Eventualmente...
Por eso amo esa palabra. Y por eso te amo a vos.