El sabor amargo del final justo antes de que todo se termine,
el gusto a óxido en los labios porque el corazón, que normalmente bombea sangre, hoy sangra,
la crónica de una muerte anunciada.
El adiós que se me queda en la comisura de los labios, porque ni te vas, ni viniste. Todo sigue como era, porque nunca fue.
Y ahora sólo sobra un plato clandestino en mi mesa, y la mitad de la cama que no uso sigue hecha. No hay nada que decir, estaría de más.
Sonrisas fingidas, y que tengas buena vida.
Volví a esperar de vos lo que nunca supiste darme. Te dije que ya no me conocías más, y te invité a re-conocerme. Quise despedirme de vos y de ese sueño que quedó para siempre inconcluso. Pero vos, seguís siendo vos. Vos no cambiaste, no creciste, no mutaste. Sos el mismo que siempre ame, el mismo que siempre odie. Hasta la próxima vida desconocido.
Yo te elegí para siempre, vos elegiste para siempre no estar más conmigo.
Cada uno hace con su eternidad lo que quiere.
Elegí tus ojos, incompletos, de a pedazos, rojos, para mirarlos toda la vida. Tus ojos y tus pestañas que llegaban hasta el cielo, como mi amor. Podría haberme pasado la vida colgada de tu mirada. Pero elegiste irte y dejarme a oscuras. Sin imaginar que mi brillo iba a ser mil veces más fuerte que el destello de tus ojos. Soy mi propia luz, ya no te necesito alumbrando mi camino.
Te veo y todo se me pasa.
Con vos no quiero tener cuidado, ni tener razón, quiero perderla mientras me comes la boca y nos abrazamos rompehuesos. Quiero olvidarme del reloj, las contras y los peros, y secuestrarte por horas mientras se nos desgasta el cuerpo. Quiero esconderme para siempre hundida en tu abrazo y dejar que tu perfume sea mi aire. Quiero bailar acostados y hacer el amor de parados. Quiero reírme a carcajadas y contagiarte. Quiero pasearme provocativa y que me comas con la mirada mientras todos nos miran, pero nadie se imagina nada.
Dejemos lo posible para los mediocres, para los conformistas.
Nosotros seamos imposibles y que dure lo que tenga que durar.
Pero pude distinguir entre perder y dejar ir. Y yo no te perdí.
Te odio porque no me mentiste, porque no me engañaste, porque siempre me trataste bien. Te odio por ser atento y cuidar de mi hasta el último momento. Te odio por darme miles de buenos momentos y por no tener ningún recuerdo malo. Te odio por todas las razones por las que todavía te amo.
Bastaba un beso y no hubo nada.
Bastaba tu abrazo, pero quedó vacío.
Bastaba una palabra y hubo silencio.
Me fui para siempre, con el alma en pedazos, sin mirar atrás, como nunca miré.
Que extraño concepto ese de morir por otro. Sería muy fácil morir por vos: muero y punto, no implica ningún sacrificio. Yo creo que el mayor acto de amor es vivir por vos, y estar dispuesta a afrontar las consecuencias de esa elección todos los días de mi vida. Vivir por tu amor, por todo lo que fue, y todo lo que fuimos. Vivir por vos, sin vos, sin que vos vivas por mí. Ese definitivamente es mi último regalo para vos.
Sos mi "nada", de cuando la gente pregunta qué me pasa. Me pasas vos. Me pasas vos en todo el cuerpo. Me pasas vos en las grietas que se abren en el alma. Me pasas vos en la melancolía que se me instalo en el costado izquierdo de mi ojo. Me pasas vos en mis pies muertos de frío y en mi sonrisa que olvidó como curarse. Me pasas vos en las horas que ya no se llenan con nada. Me pasas vos en los recuerdos, en los momentos felices. Me pasa que ya no me pasas.
Que qué me pasa??
No, nada, nada.
Que llueva. Y que el cielo lloré conmigo, y que sus lágrimas se lleven mi lluvia. Y que mi gris se mezcle con sus nubes y no se note tanto. Y que pase el tiempo, y me encuentre lejos, en países lejanos, hablando idiomas desconocidos y deseando que estuvieras ahí conmigo. Y que ya nunca estés, ni deseándote, ni extrañándote y que sólo habites en un recuerdo lejano de un tiempo que fue mejor y que quedara para siempre cristalizado en el tiempo. Y que me extrañes y te duela la distancia y el tiempo. Y que me busques. Y que seamos para siempre felices, y que comamos perdices.
Ojalá pudiera borrar el día de hoy, o el último mes, o lo que sea que haya sido que te hizo mirarme de una forma distinta. Pero no puedo, en cambio sólo puedo pedirte que no me olvides. Que me dejes ser eterna en tu memoria. Que te acuerdes de mis pies muertos de frío, de mi espalda que se llenaba de tus besos, de mis besos que se llenaban de tu cuerpo. Que te acuerdes de las noches llenas de estrellas y de las luciérnagas que nos acompañaban a nadar desnudos en verano. Que te acuerdes de la playa, los médanos, y de la luna. Que sepas que de alguna forma, esa que amaste sigue en mi, sigo siendo yo. Aunque vos hayas cambiado. Ojalá siempre te acuerdes de todo eso que yo nunca me voy a olvidar.
Antes de que te rindieras, fuimos eternos, fuimos fugaces infinitos que duraron para siempre.
Fuimos vientos, tempestad y marea.
Fuimos calma.
Fuimos amor del bueno, puro, de ese que ya no se encuentra.
Fuimos libertad juntos.
Fuimos todo lo que quisimos y más.
Fui tan tuya como nunca fui de nadie.
Fuimos risas a la madrugada y abrazos rompehuesos.
Fuimos besos exploradores, fuimos fuego. Fuimos aventura. Fuimos fugitivos del tiempo. Fuimos familia, amigos, pasión, sexo.
Fuimos.
Dicen que uno siempre quiere volver a aquellos sitios donde amó la vida. Yo no. Al menos ya no más. Volver causa decepciones. Volver lastima. Volver ahoga, retrocede. Yo voy para adelante. Tal vez con pasos pequeños, tal vez con pasos inseguros y tímidos pero siempre para adelante. Atrás no hay nada, sólo vacío y la nada. Sólo vos y la nada. Sólo que recuerdos que ya no son: nada.
Así que si este es el adiós, que así sea. No te deseo nada para tu futuro más que felicidad. La que quise darte y no te alcanzó, la que quise darte y no supiste manejar. Y libertad: ojalá la próxima que te ame, te ame libre, porque si no lo hace así, no vas a ser vos. Va a amar de vos lo que ella haya moldeado, va a amar de vos un prototipo. Pero no te va a amar a vos como te ame yo, con todo y tus manos de papel de lija, con todo y el fuego de tus ojos, con todo y tus distancias, con todo y punto.
Te perdono, aunque no me pidas perdón, aunque ni siquiera sepas que me lastimaste, que todavía me lastimas.
Porque todavía seguimos sin ser todo eso que nunca nos animamos, y queriendo ser todo lo que nunca pudimos.
Me pregunto qué habría que haber hecho diferente para estar hoy uno en la vida del otro. Y estoy casi segura que en ninguno de los posibles caminos terminábamos juntos.
Porque el nuestro era un amor imposible, un amor destructivo y eso también era parte de su magia. Saber que yo nunca iba a ser tuya y vos nunca te ibas a conformar conmigo.
Nada es suficiente para vos, ni nadie, ni siquiera hoy. Por eso un poco me alegra no ser yo la que esta con vos, y saber que soy la que siempre te va a faltar.
Pensé que era para siempre. Pero no el para siempre de los 15 años, el para siempre, para siempre. El de verdad, el de "te esperé toda la vida y acá estas". Y tal vez vos seas mi para siempre y yo no sea el tuyo. Porque el amor también a veces funciona así, como dice el libro: el amor es muy puto. Así que es posible que vos si seas el amor de mi vida de todas mis vidas. Me niego a creer que mi intuición haya fallado tanto. Y tal vez yo realmente no sea más que un amor pasajero en una de tus vidas, porque me niego a creer que seas tan tonto como para dejar ir al amor de tu vida.
Agradezco tenerlas. Para bien o para mal. Tener por que brindar. Tener historias, anécdotas, recuerdos, y por sobretodo sueños. Poder proyectar con ellas también
Ansiar que llegue el día de mañana, y saber que todo va a ser menos difícil porque van a estar conmigo, porque no importa lo que se me presente, no voy a estar sola.
Y seguir, y remar y no bajar los brazos.
Sobretodo agradezco no bajar los brazos
No vales nada, o tal vez si, tal vez lo vales todo. Tal vez vales mi vida, mi presente y mi futuro. Porque mi pasado ya fue tuyo. Pero nunca podría saberlo porque cada vez que me lo pregunto, terminas por arruinarlo, con tu orgullo, con tu indiferencia.
Y haces temblar mi mundo, por esos instantes en los que me ignoras, y al final me haces creer que no vales nada.
O tal vez si, no podría saberlo.
Volví a sonarte, como siempre, como desde hace años. Y en el sueño todo es como nunca pudo haber sido aunque evoca algunos recuerdos de como fue.
Y hoy no estas, como nunca estuviste; y somos los mismos que nunca fuimos sin embargo 15 años después seguís paseandote indiferente por los rincones de mi mente y que triste se ve todo desde acá.
Todo lo que siempre quise escuchar, y más.
Y más.
Todo desde esa forma de ser tuya y única.
Y mi perfume inundaba tu aire.
Te dije que tenía frío, y te di de a una mano por vez, mientras con la otra sostenía el vaso casi vacío.
Yo pretendía una cotidianeidad que vos te empeñabas en desbaratar. Te hablaba de todo, de la vida; de nada. Y vos, querías saber más, "algo del corazón" me dijiste. Te dije que todo lo que decía, era del corazón. Como siempre, no me creíste.
Y ahí estábamos, aturdidos, confundidos, alucinados.
No pregunté ninguna de todas esas cosas de las que en realidad no quería saber las respuestas. Vos insistías en querer decirme que yo era el amor de tu vida.
Vos también sos el amor de mi vida. Un amor eterno y pasado, el amor de mi vida de una vida que ya no elijo. Pero permanece, intacta, intocable, inalcanzable, en ese universo paralelo donde sí nos animamos a todo, cuando todavía había tiempo.
Así que gracias, me encanta saber que yo soy el amor de tu vida, en cualquiera de tus vidas
Extraño leer. Suena raro decir eso. Pero extraño leer. Ese momento tan íntimo y simple como es acurrucarse con una manta, una raza de chocolatada y un buen libro en el cual pueda perderme por horas. Extraño esas horas de ocio que antes solía dedicarle. Ya voy a recuperarlas, me digo, ya me voy a hacer el tiempo para elegir un buen libro, elegir una buena excusa, apagar todo y perderme en esos universos paralelos infinitamente más agradables que este, donde todo te aturde y te absorbe.
que no estes acá no es más que una posibilidad de aprender una nueva manera de amarte.
que lo que no te mata, te fortalece; dicen...
pero nosotros ya desde antes éramos indestructibles.
lo sabemos muy bien.
vos allá, y yo acá.
acá el frío se adelanta, allá no quiere irse.
los dos dormimos lejos del abrazo que debería abrigarnos;
y a destiempo.
no me acostumbro al silencio que me aturde por las noches,
a los días de 57 horas,
a los 12 km de todos los días que se transformaron en 12.000.
extraño poder tocarte, reírme a carcajadas, tus manos, tus besos, tus miradas.
no importa, porque el tiempo viene y se va,
y pronto nos vamos a dar cuenta de que ya no hay distancia,
y vas a estar parado en la puerta de mi casa, como un día cualquiera,
como si nada,
y vas a entrar, vamos a mirar una peli acurrucados, y no va a hacer falta decir ni una palabra.
vas a volver, nos vamos a abrazar, y va a ser como si nunca te hubieras ido.
te amo por todo lo que sos, y por lo que no. porque estás al otro lado del mundo, y yo te siento acá, al lado mío. porque nunca faltas, ni faltarías. te amo por tus manos ásperas, rugosas, lastimadas que me dan las caricias más suaves que nunca recibí, y por tus ojos únicos y perfectos que te hacen especial y mío. te amo por tu honestidad brutal, y porque no podés disimular. porque llegaste a mi vida y nunca te fuiste. te amo por todas las veces que nos cruzamos sin saberlo, y por todas las otras vidas que ya vivimos juntos. te amo por lo que pasamos, y por todo lo que va a venir. porque no creo que haya nada que nos pueda pasar que nos rompa. porque tu pecho tiene el lugar perfecto para que yo me duerma, y tus abrazos son la mejor forma de mantenerme cálida y segura. te amo porque no hay porvenir sin vos.
acomodé mis cosas, levanté la vista, y volví a mirarte, buscando que me vuelvas a mirar vos también. "vos bien?" te pregunté. me sonreíste y dijiste que si; no había lugar para otra respuesta. me fui.
ese don que tenés de hacerme sentir vulnerable e invencible mientras me acurruco en tu abrazo es lo que amo. querer que me cuides, y a su vez hacer todo para cuidarte. saberme débil ante vos, y valiente ante cualquiera que se nos enfrente. sentir que desde que estás conmigo no hay tiempo, solo eternidad. la simpleza de tu compañía, y la importancia de la misma. vos.
más que tu boca, amo tus besos.
más que tus besos, amo tu mirada.
más que tu mirada amo tus manos y la eternidad de tus caricias.
más que todo, te amo.
esa sensación de querer que el resto de tu vida empiece ya,
y no poder tomar la determinación de hacerlo.
que desilusión tan grande, que sensación de vacío.
cuántas horas que ahora parecen perdidas.
cuántas cosas desearía haber callado.
cuánto amor malgastado.
peor que cuando un hombre te rompe el corazón,
es cuando te lo rompe una amiga.
necesito más amigos de todos los días, y menos amigos de fin de semana. más amigos de los que pasan a visitar sin avisar, y menos de los que para verlos tengo que programar con una semana de anticipación. necesito más amigos de los que me hacen reír, y menos amigos de los que me hacen preguntarme qué hice mal. necesito menos amigos de los que llaman para decir feliz cumpleaños, y más amigos de los que saben los nombres de mis papás. necesito más amigos que sean para siempre.
los medios de comunicación parecían muchos, parecía que iban a alcanzar, quizás hasta sobrar. y no. ni un poquito. no alcanza ni para un cuarto de lo que te necesito.
no pasaron 3 meses todavía, y tu ausencia se siente como si no te hubiera visto en 10 años.
vos eras (sos) mi persona.
siempre dispuesta, siempre con ganas de hacer algo, siempre con un "si", sin importar lo locas, o aburridas, o bizarras fueran mis ideas.
no hay más personas como vos, ni hay amigas como nosotras.
y ahora estás tan tan tan lejos que no puedo llamarte, y decirte que vengas a tomar sol, o a ver una peli, o solamente a estar. porque cuando sólo estábamos era cuando mejor la pasábamos. porque una tarde de lluvia sin hacer nada, siempre surgían los mejores días, porque no había forma de aburrirnos porque vos me divertías a mí, y yo a vos.
te extraño, y no porque te necesite, porque en muchos sentidos estoy pasando mi mejor momento, y soy plenamente feliz, pero es en lo cotidiano, en lo de todos los días en lo que faltas.
se me ocurrió teñir unos shorts como se usan ahora, aunque donde estás vos, se usaron el verano pasado. y no puedo hacerlos, porque quién más aparte de vos y de mí puede divertirse tiñendo y destiñendo shorts y pegándole tachas un día entero?
estás bien, viviendo como soñaste, y me pone contenta por vos, pero a veces hacés falta.
"no lo entiendo", te digo.
y vos te sonreís, y ahi como estoy, despeinada, descalza y en puntas de pie para alcanzarte, me abrazas.
es que no puedo explicar como llegas, y soplas lejos lo que hubiera de malo,
y te llevas lo que sea que estuviera molestando con tu sola presencia.
caminás hacia mí con esa despreocupación que me calma y me estresa,
y me haces feliz:
en las noches de verano que esperamos que lleguen,
en las siestas que dormimos entre abrazos y despidiendo al invierno,
cuando me comes a besos, y no dejas mis migas,
en la mueca que dibujas justo después de despertarte
una vez, cuando éramos más chicos, en una clase que no compartíamos, una persona que después me traicionó; medio en serio, medio en broma te dijo, refiriéndose a mí y todos rieron: "no dejes pasar el tren".
y la vida es un poco como los trenes, o será que los trenes son la manera más figurativa para poder explicar las oportunidades de la vida.
la cuestión es que pasé más veces de las que puedo recordar, y vos siempre parado con el boleto en la mano, me mirabas marchar.
entonces el tiempo que compartíamos se terminó, y yo dejé de pasar, y las oportunidades se nos dejaron de presentar, y ya nos gana el tiempo que no somos nada, al tiempo que fuimos "algo".
y a nadie le importa, pero no sé, hoy llueve.
desde que era chica mi mamá siempre me decía (y le decía a los demás refiriéndose a mí) que yo no conocía el miedo, que siempre miraba a la vida a los ojos, y que ni aunque se me presentara el mismísimo diablo yo flaquearía. yo me sonreía y me sonrojaba. solía estar secretamente orgullosa de esto, no porque nunca sintiera miedo, que de hecho, a veces lo hacía, sino de que el mundo pensara que no, de atreverme a enfrentar a quien o a quienes o a lo que se me interpusiera en mi camino.
hasta ahora.
que no hay un enemigo visible, que no sé contra quién combatir, que no estoy segura de qué armas emplear. y estoy paralizada, chiquita y asustada, frente a la inmensidad del futuro.
con vos a mi lado por ahora, y sin saber cómo hacer para frenar el tiempo, para que todo se quede así, perfecto, como lo sentimos ayer.
con miedo a seguir creciendo, a que la vida me aleje de las personas que más quiero, que las lleve lejos donde ya no puede escucharlas o sentirlas.
con miedo de no saber qué es lo que quiero, pero sabiendo que no quiero conformarme.
con miedo a la normalidad, a lo que se supone que debe ser.
con miedo a que pase el tiempo, y que al mirar para atrás solo haya arrepentimientos.
de cuando llegaste
apareciste cuando no te buscaba. cuando era feliz, y me sentía plena. cuando los días estaban cargados de risas y abrazos, y amigas eternas.
llegaste. te colaste en mis noches, y en mis horas.
te hiciste tan necesario y cotidiano como el café de las mañanas.
encontré en vos todo eso que no sabía que me faltaba.
nunca me olvides. nunca te vayas.
quedate donde pueda cuidarte, donde el tiempo no se nos escape, donde nuestra risa sea eterna.
quedate conmigo, hundido en mi abrazo.
Pensaba en el destino, y en eso de si nuestro futuro ya está escrito o somos nosotros los que lo vamos escribiendo día a día, con cada decisión; buena o mala. Y entonces pensé en nosotros. En que estábamos predestinados, aunque no lo supiéramos. Y pensé en todas esas veces en que nos cruzamos antes de esa vez. En que teníamos que estar juntos, pero no lo sabíamos, porque estábamos con otras personas. Por que elegimos opciones que nos llevaban por caminos distintos, y aunque el destino nos cruzara, nosotros no sabíamos aprovechar el momento.
Pero ahora estamos juntos, como tendríamos que haber estado desde hace mucho tiempo, aunque no podíamos darnos cuenta.
Y entonces llego a la conclusión que la vida es un poco de los dos. Un poco lo que el futuro nos depara, y un poco las decisiones que tomamos, pero al final de cuentas, un poco antes, o un poco después -dependiendo de nuestros propios aciertos o desaciertos-, las cosas son como tienen que ser; y lo que tiene que pasar, va a pasar... Eventualmente...
Por eso amo esa palabra. Y por eso te amo a vos.