a veces creo en los finales felices. una vez estuve tan cerca de uno que casi lo toqué. aunque si lo pienso un poco, no hubiese sido un final-final. sino el fin de algo y el principio de otro algo que iba a venir. no paso, pero si hubiese pasado, hubiese sido feliz.
pienso en mis abuelos: 50 años de casados y creo que todavía siguen tan enamorados como el primer día. 50 años bailando juntos el vals, esa era la idea para el tópico de su fiesta de aniversario. pocas cosas más románticas que esa vi en la vida real. y hubiese sido un final de un cuento si hubiese terminado ahí. pero no, la vida sigue. no se termina cuando todos sonreímos y comemos perdices. entonces se arruina por algo, cualquier cosa, por chiquita que sea.
no quiero que pase nunca, pero si algún día uno de los dos ya no está? entonces dónde queda el final feliz que todos necesitamos para seguir creyendo, para seguir apostando?
por eso digo que a veces creo, y a veces no, porque mis otros abuelos también se querían, y nunca llegaron a los 50 años de casados, ni a mi graduación, ni van a estar para ver si yo algún día tengo algo cercano o parecido a un final feliz.