tus labios estaban tan cerca de los míos que sentí el calor de tu aliento cuando prometiste que no ibas a besarme. tenías una mano sobre mi rodilla y tu dedo índice acariciaba el pedacito de piel que se escapaba por los hilos de la media que acababan de quemarme.
primero un roce entre tu boca y la mía, y un escalofrío que me invadió el cuerpo.
después caricias, seguidas por unos cuantos besos descontrolados, y tus brazos que me abrazaban, y mis manos que te tocaban, y una explosión de sensaciones y pensamientos que no fui capaz de controlar.
todo terminó rápido, y me fui con la cabeza mirando el piso.

para convencerte:
¿qué hubiera podido decirte que no te hubieran dicho ya?
no habían palabras.

lo intentó con más fuerza que cualquier otra cosa que hubiera intentado antes, tiró con cada músculo de su cuerpo, y lo deseeó con cada fibra. aún así, nada pasó, nada cambió, el reloj no volvió hacia atrás sus agujas ni tan siquiera un segundo, irónicamente parecía haber empezado a andar más rápido. se sintió tan frustrada que el aire al ingresar por sus pulmones la mareaba de lo denso que lo sentía. cerró los ojos unos minutos tratando de concentrarse, aunque no sabía muy bien en qué. entonces todo fue muy claro: el tiempo podía no querer volver, pero ella no lo dejaría escaparse.
y así fue como llamó por teléfono a todos esos amigos de los que se sabía el número de memoria (porque esos eran los que más importaban) y habló por horas. volvió a ver sus películas favoritas, salió afuera y lo absorbió todo, y no importaba que estuviera lloviendo, era una cosa maravillosa más cuya explicación todavía no comprendía. se hizo mil promesas a sí misma, y a media que pudo las cumplió una por una. cantó, aunque no pudiera entonar correctamente una sola nota, y lloro, aunque ya no doliera.
nunca más el tiempo se iba a ir de sus manos, ahora ella hacía valer cada segundo.

lo que no hice, lo que no dije, lo que no pude...
y vos decis que esta todo bien, y yo mientras trato de odiarte pienso en como podría no quererte...
con vos todo es tan fácil, tan cómodo, tan sin problemas...
nada te afecta, y nada te importa, por eso mis ataques de ansiedad y mi locura se disimulan, y se aplacan con tu tranquilidad...
entonces quiero odiarte más, por no ser odioso, ni problemático, ni molesto.
y entonces me gustas más, justamente por no serlo...

debería aferrarme a ese recuerdo, al de anoche,
al desprecio injustificado, al maltrato subliminal, al rechazo constante...
y sin embargo, cada vez que tus pies arrastran a tu cuerpo hasta donde está el mío, me olvido de pensar... la múscia me aturde, y el alcohol me nubla la vista, entonces me imagino que tu voz y tus ojos me invitan... me pierdo siguiendo tu cuerpo que se mezcla entre la gente, hasta que en la mitad de todos, tus brazos me rodean cubriéndome por completa... entonces desaparezco, y me siento abstraida de este mundo, y puedo ser tuya, mientras vos te dejas ser mío porque en esta cuarta dimensión que ahora me absorbe no hay cosas prohibidas, ni dedos acusadores, y el tiempo no corre...

si parecía feliz,
a quién podía inportarle lo que le pasara por dentro?
por ese entonces sonreía más que el común de la gente, creo que nadie nunca la vio deprimida, no sé si porque nunca lo estaba, o porque cuando lo estaba no salía.
pero ese día particular su alegría lo alumbraba todo, y su risa melodiosa y contagiosa colmaba el aire.
fue cuando se despidió y volvió su cabeza para saludarlo que notó ese dejo de tristeza en el rabillo del ojo. él no le dio importancia, o no supo reconocer lo que significaba.
esa noche no hubieron llamadas, y faltaron palabras. su mundo se derrumbó mientras él ni se acordaba. su corazón rojo se tornó de un gris claro, mientras todo el brillo que antes contenía se escurrió por sus manos...
por todo eso que a ella le faltaba, ya no hubieron más alegrías en sus mañanas.

te vi pasar y te ignoré para no tener que fingir una sonrisa.
sentí tus ojos clavarse en mi nuca, y un escalofrío me invadió, pero no me di vuelta.
mis rodillas temblaron, pero nadie lo noto.
sentí que se movía el piso, entonces saludé a mis amigos, y me fui.
-si, todavía ocupás un lugar así de grande en mi mundo-
llegué a mi casa dispuesta a recolectar lo que quedara de vos y deshacerme de todo.
la bolsa comenzó a llenarse con pequeñeces, una vieja entrada, una carta con polvo, los pétalos de una flor marchita, un cuaderno con palabras que nunca leerías, y un largo etcétera muy poco relevante.
cuando estuvo llena hice un nudo con todas mis fuerzas, y para tirarte bien lejos me tomé el trabajo de dejar la bolsa en la calle con el resto de mi basura.
entonces entré confiada, con la sensación de una ganadora,
y me encontré con tus ecos que todavía resonaban,
y me encontré con un recuerdo que no olvidaba,
y me encontré con tu ausencia...
... no sé qué puede hacer para borrar tu ausencia...

ni las olas se acercan para acariciar mis pies
ni las mariposas vuelan por mi jardín porque estoy enamorada
ni las risas son melodías
ni el corazón se rompe cada vez más
ni las lágrimas arden
ni las palabras cortan
ni el viento juega con las hojas
ni mis susurros te llegan por la noche en tus sueños
ni mi boca siente más la suavidad de la tuya
ni existe la segunda estrella a la derecha que me lleva a nunca jamás
ni vas a volver para que vos y yo seamos un trillado felices para siempre



"yo que soñaba despierta, ya no sueño ni dormida"

no quisiera admitirlo, pero sé que estoy creciendo
(por no decir envejenciendo, no de vejez, sino de adultez)
me doy cuenta de que a veces me preocupo un poco más, y disfruto un poco menos. pienso más antes de hacer algo, y la espontaneidad no se arrebata de mi cuerpo tan seguido. evalúo situaciones, caras, ideas y consecuencias. el alcohol y yo seguimos siendo fieles en las noches de salidas, pero ahora lo tomo porque lo disfruto y no porque sea el condimento que necesita mi locura para despertarse -mi locura se despierta poco-. la gente que tengo cerca es menos que antes, pero vale mucho más, me río menos también, pero lo siento en serio.
un balance ni tan bueno, ni tan malo...
sin embargo algo me perturba y es que últimamente me repito demasiados "y si" y me quedo con las ganas, cuando antes era a la que siempre había que decirle "te lo dije".

(prefiero arrepentirme que quedarme con las ganas)

te esperé más tiempo del que nadie espera a nadie.
me senté a ver como las horas del reloj avanzaban hasta desaparecer.
el frío se fue y me trajo unas flores -fresias-.
mi pelo se marchito, y mis labios se hicieron cenizas.
ya no espero.


ahora me voy tras tus pasos...

es un juego que jugamos cuando la tele no entretiene, y el fin de semana se acerca.
me hablas, o te hablo, y la charla refleja matices de una amistad aparentada. propuestas prohibidas, risas sugerentes, un si camuflado que es un no al mismo tiempo.
es un juego que jugamos, hasta que apago la luz, y pienso en las excusas para cancelar todos mis planes, y tratar de adecuar mi recorrido al que sé que vos vas a hacer, porque quiero verte y seguir jugando durante 10 o 15 minutos cara a cara, hasta que el juego sea demasaido peligroso y tenga que escaparme, o te pida que te vayas.
es divertido, hasta que me doy cuenta todo lo que arriesgo. entonces recapacito y ya no estas entre mis prioridades.