sonreír de costado,

mirarte de reojo y tragar saliva,
reír a carcajadas,
hablar en voz baja y susurrar deseos,
mirar al horizonte y hablar del futuro,
los segundos en que me miras fijo y tus ojos son míos,
charlar sobre la luna,
que busques mi mano cuando me contás alguna cosa,
la necesidad manifiesta de que nuestras pieles se estén tocando,
las noches que terminan en días,
saber que no hay en el mundo una tarde más perfecta que esta, cuando nuestros corazones se acoplan, y nos enmarcamos en un atardecer
no hablamos de amor, pero no sé qué es, sino es esto.

cuando te veo

sos mi pausa preferida en la monotonía de mis días,
la hora feliz,
lo inesperado,
mi mejor paréntesis.

todos los días finjo que no me importas, pero secretamente vivo a la espera de la luz verde, esa luz que significa un mensaje tuyo, que te acordaste de mí, que crucé tu mente.
no quería volver a sufrir, y ahora sin siquiera tenerte, no sé cómo dejarte ir...

me acurruco en tus brazos y de pronto el mundo deja de dar tantas vueltas... el reloj no avanza y la noche es nuestra. mantenemos la mejor charla que podemos tener, y yo quiero llorar. de alegría, claro. pero no quiero que me veas, ni que adivines que sos lo mejor que me pasó en mucho tiempo.

la suerte de encontrarte alguna vez y sentir que para casi todo hay solución...

no ten veo en realidad pero mis sueños son tan reales que casi me los creo... si fueras un poco más como imagino que serías y un poco menos como sé que fuiste -o sos- podría despertar desde hoy y para siempre cada mañana a tu lado sin preguntarme nunca por qué, porque con mirarte ya lo sé.

tendrían sentido las lágrimas, los gritos, los años, los otros, todo.
porque entonces seríamos voy y yo.
para siempre.

llega el verano y nos creemos felices de nuevo.
eso es lo que lo hace la mejor estación del año: 
la felicidad.
siempre se va, pero siempre vuelve.
y lo mejor:
cada verano tiene la particularidad de ser el mejor verano de tu vida.

a veces todavía siento que mastico algunas de las palabras que no pude decirte, que no quisiste escuchar... dan vueltas, se hacen una bola y me atragantan mientras intento tragarlas. duelen al pasar por mi garganta... pero esperan, sé que esperan, y no tienen ningún apuro.
por desagradable que suene sé que el día que te vea voy a reaccionar, y voy a vomitar mis palabras en tu cara!

tenes el verano en tus ojos, y yo escondo diciembre en mi mirada,
sin embargo parece que hace tan poco que temblaba de frío mientras me besabas.
julio y agosto se me escaparon de los dedos.
mejor, porque en verano soy yo y sos vos.
enero tiene el gusto de tu adios.
pero en febrero te espero con un "ojalá que vuelvas" grabado en mi piel.

nos hacemos un nudo.
tu pelo y mi pelo se enredan.
somo uno.
nos corre el tiempo, igual yo postergo todo.
ahora somos eternos.
se apaga el cielo.
se callan los relojes.
dormimos, desaparecemos.
chau

reirme a carcajadas.
nada más.
lo demás viene sólo...
y será lo que tenga que ser.

te mentí.
más o menos.
yo no busco a nadie, pero con vos haría una excepción si supiera que tengo la posibilidad de encontrarte.
entonces cuando te preguntes por qué ya no te busco, ya sabés.
es tuya la respuesta.

decepción,
desilución.
no podía(s) ser de otra manera.

me preguntaba si te acordarías de mí de vez en cuando, cuando llueve, por ejemplo, o cuando hace frío, o cuando hay sol... cualquier momento, no sé, cuando te pasa algo bueno y querés compartirlo, o cuando te pasa algo malo y querés olvidarte... 
normalmente no pienso en vos, y no me importa si pensas en mí... 
pero a veces me dolés en la piel, y en la sangre... entonces todo importa un poco más, y espero que sí, que te acuerdes a veces de mí, que yo también importe.

vola.
vola conmigo.
volemos juntos.

quise ser como no fui, mirar de arriba, con desdén.
terminé con unas lágrimas de más, y unos cuantos agujeros.
entonces comprendí porque un pájaro no podrá nunca ser un pez

andaba así como quería,
tan sin miedo, temeraria;
tan sin nada que perder.
y entonces te perdió,
porque el tiempo que a veces es justo,
y a veces olvido,
la mitad más preciada se evaporó.
caminó cuanto pudo hasta que sus pies sangraron.
nunca jamás de los jamases ella te encontró.
en cambio esperó al año nuevo para dar un paso en falso
y se fue con el primero que le prometió un poco de amor.

una sonrisa pintada en un papel:
recuerdos, sólo eso...
y una lágrima quiere escaparse.
buenos momentos.
nadie quiere decir nada, todos tienen miedo a decir algo de más.
entonces callan,
para bien o para mal.
yo ya no entiendo ese tema del tiempo,
no sé si es, soy fui, fuimos, nunca seremos,
es igual, hoy estas lejos.
pero va a pasar, como todo.
siempre pasa.
yo sigo regalando sonrisas.
estoy bien, con o sin vos.
conmigo.

algunas noches estoy demasiado sola, y demasiado rota.
entonces me acuerdo de vos, solo de vos, siempre...
y me arrepiento de todo lo que hice para alejarte, cuando lo único que quería era que te quedaras conmigo

quiero navegar en barquitos de papel, y volar desde tu ventana en el avioncito que acabas de hacer. caer de un chapuzón a la pileta y quedarnos ahí tirados, flotando, contemplando la inmensidad del cielo desde abajo. viéndolo mutar del celeste al naranja y del naranja al negro. y ver cómo lo negro de a poco comienza a llenarse de una infinidad de puntitos plateados que brillan y nos invitan que vayamos hacia ellos, que los alcancemos, que saltemos bien bien alto y volemos, y entonces enredemos algunas estrellas en nuestro pelo, y volvamos a caer. pero esta vez caemos al pasto, en la isla, donde nos recostamos en silencio, y escuchamos cantar a los grillos y a las cigarras, mientras trato de esconderme del ataque de los murciélagos. y contamos bichitos de luz en la distancia y reímos. después volvemos, nos besamos y nos abrazamos hasta que nos gastamos los labios y el cuerpo, y nos dormimos para soñar y recordar un día perfecto. y en algún momento despertarnos, y empezar todo de nuevo, otra vez, desde cero.

nos entendemos.
eso me encanta.
nos acoplamos, nos acompasamos.
pero a veces me callo, para no asustarte, y te miro fijo esperando que mis ojos lleguen donde mi voz no.

dejame ser, y olvidate

por los contornos que me dibujas con tu dedo índice, porque temblas con ciertas caricias, por tu desvergüenza tan opuesta a mí, por tu seguridad que roza la arrogancia (que un poco también me gusta), por la forma que mi piel se siente cuando la rozas con tus labios, y por como mi cuerpo se enrosca cuando jugas en mi cuello. porque la horas aunque sean muchas, son pocas. por cómo se ve el mundo desde tus ojos, y porque me dejás verlo. por las mil cosas que hago con vos, que sin vos jamás haría. por las lunas llenas.
si, por eso. por todo. por mucho más.

tocame. sabeme de memoria, a ciegas. aprendete los rincones de mi cuerpo, la suavidad de mis manos, el olor de mi cuello. por si algún día se te borra algún sentido, o por si algún día la luz se acaba. para que puedas reconocerme a la distancia, y no te engañen con palabras dulces, ni caricias similares. sabete la forma en que beso cada parte de tu cuerpo, recorda la calidez de mis labios en tus labios. que se grabe en el interior de tus párpados las palabras que mis ojos te gritan. y no me olvides, por sobre todo, no me olvides.

te reís a carcajadas, y me rindo. no puedo hacer más que reír con vos. entonces el tiempo frena un poco, y luego vuelve a correr, y luego camina lento. no sé, vos sabés. y entonces nos miramos, tus ojos fijos en mis ojos, y viceversa. ya no sos distancia. nos acercamos. nos miramos más de cerca. nos tocamos, mis manos miran tu piel, tus piernas miran mi cuerpo, sin darnos cuenta ya no hay espacio, no queda nada. solo mentiras y nosotros, puras mentiras, esas que nos decían cuando intentaban enseñarnos lo más básico de la física, que un cuerpo es uno, y ocupa un espacio, y dos cuerpos no pueden ser uno y ocupar el mismo lugar. mentira. nos mintieron. mienten. no podrían saberlo. no así, no como nosotros.

ahora es tarde.
te celo.
y quiero correr a los brazos de algún desconocido para hacer lo que pienso que tal vez haces con otras cuando no estás conmigo.
pero sólo que en realidad no quiero, lo haría por vos, para no ser menos, para demostrarte que sos para mí tan poco como lo que soy para vos.
o no.
porque no sé que soy para vos.
y algunos días te odio.
pero casi siempre te quiero.

cuando me voy, no vuelvo.
no me lo permito.
me arrastro por el suelo reptando lejos,
y aunque duela, no, no vuelvo.
pero esta vez no me voy yo,
se nos va el tiempo, porque se acorta, y se acaba.
no quisiera irme, pero el tiempo me lleva.
-y a vos también-.
esta vez no es que vuelva, pero él va a devolverme inevitablemente.
y voy a estar acá.
ojalá que a vos también te devuelva.
y seamos lo que no somos por un tiempo más.

jamás pensé en volver a entregarme.
no de nuevo, no después de tanta historia, tanto dolor, tantas mentiras, tantas excusas.
pero te tenía en frente, y eras el escape perfecto en esa noche en que nadie más contestó mis mensajes.
eras el tercero de una lista de cuatro que prometía seguir creciendo.
pero una noche fuimos a cenar.
y una tarde me invitaste a navegar.
y sin querer, me abrazaste mientras creías que dormía y me diste un beso en el hombro.
(yo temblé)
entonces empecé a querer verte, y a necesitar hablar con vos.
y ahora estoy en esa situación en la que si te tengo al lado no puedo quedarme callada, ni dejarte que me abraces en silencio, o que me beses mientras tenemos música de fondo, porque entonces no podría aguantarme, y te diría que te quiero.
que simple y sencillamente, te quiero.
ni con ideas raras de relaciones con compromisos, ni un "veni a cenar a mi casa", ni quiero verte en las vacaciones, ni quiero que te cases conmigo.
solamente eso: me gustas, te quiero, me hace bien estar con vos.
y no puedo decirlo, porque entonces correrías tan lejos a donde mis ojos ya no pudieran alcanzarte, y tus invitaciones se distanciarían más hasta hacerse inexistentes, y tus besos escasearían.
y yo volvería a quedarme vacía.

vos: la causa.
mi sonrisa: el efecto

te quiero, y no es por los apodos cariñosos con los que me llamas, ni por la horas que pasamos juntos riéndonos, ni porque te gusto igual aunque este despeinada y tenga cara de cansada. te quiero, y no es por la forma que tenés de tocarme, ni por como me derrito en tus manos, ni por los placeres que compartimos. te quiero, y nos es porque seas despreocupado, ni porque tengas una personalidad positiva, ni porque sos mucho de lo que yo quisiera ser.

te quiero, porque te dejas, aunque no quieras.

el sol.
el viento fresco en una tarde de calor.
la forma en la que mi piel se erizaba cuando tus labios rozaban mi cuello.
las caricias.
las medias sonrisas a la mañana.
las carcajadas cuando llegaba la noche.
la risa en general.
la paz que sentía los días de lluvia porque venías.
la sensación de plenitud.
la mano que me levantaba.
el abrazo que me cuidaba.
el beso antes de dormir.
la felicidad.
te llevaste todo.

no lo buscas, pero está. siempre está. te acecha. te persigue. te espía. y un día, sin darte cuenta, ya no te podes escapar.

no debiéramos nunca tener que irnos, ni decir adios.
no debiéramos decir no, cuando queremos sí,
ni sí cuando queremos no.
no deberíamos mentir, ni ocultar, ni especular.
no deberíamos tener que callar.
no deberíamos alejarnos, ni lastimarnos, ni tener que olvidar.
no deberíamos tener miedo, ni llorar.

te digo que SI,
con vos siempre es SI

me prometí que no.
una cosa más que no puedo cumplir.
lo intenté, me engañé, me mentí.
probé haciendo las cosas diferentes,
miré otros ojos, y me dejé abrazar por brazos que no eran los tuyos.
fingí detener el tiempo, y entonces siempre llegaba tarde
-con ellos el tiempo no se detenía-.
me paré cara a cara con el sol, pero te seguía viendo.
me senté en el suelo y dejé que lloviera sobre mí,
pero ni las miles de gotas que cayeron pudieron borrarte de mi cuerpo
-y me enfermé (de amor, tal vez)-.
quise escapar, y mis tontos pies solo pudieron llevarme hasta la puerta de tu casa una, otra, y otra vez.
me prometí que no, pero no puedo hacerlo:
sin querer, te estoy queriendo.

no quiero depender de vos,

                      no quiero ser tu nada, ni que seas mi todo.

no quiero hablar de vos, cuando intento hablar de mí,
ni que estés en mi mente, en mis días, y en mis cosas.

                                   no quiero que el sol me haga acordar a vos, ni que el viento ahora lleve tu nombre,


                                      (ni que le robes la desprolijidad de sus rulos a un viejo amor.)

no quiero que pase el tiempo y te gastes,                                                           no quiero aburrirte y que me olvides,

no quiero dar un paso en falso y que te vayas.

        quiero reír cuando no estás, igual que cuando sí,                                                  y ya no puedo.

no quiero saber que te vas a ir, y ansiar que te quedes,


                               no quiero extrañarte mientras no estás y esperar que regreses.


no quiero quererte.
no quiero.

te quiero.

todavía creo en el amor, y en la esperanza, y a pesar de todo, tengo fé ciega en muchas cosas.
no siempre igual, a veces el pesimismo, o la realidad, me hace pensar distinto.
pero en el fondo lo sé, mi corazón sigue rojo fuego, y yo sigo creyendo.
miro alrededor, no puede ser tan difícil.
tarde o temprano, todos los puntos van a unirse, y todo va a haber valido la pena.
lo que era imposible va a pasar, lo complicado va a salirme naturalmente,
y creo que voy a tener mi "felices por siempre",
no hoy, no mañana,
pero algún día...
lo se.

vinose abajo la torre de babel, y con ella todo lo demás.

ya no pude entender las palabras que decías, y el suelo se agrietaba más y más.
me empujaste, como un acto reflejo, 
tan espontáneo que ni siquiera pudiste notarlo.
me alejé sin más...
mi cuerpo esta demasiado cansado como para pelear por algo que no vale la pena.

... puntos suspensivos.

hubo un tiempo en que los amaba, todo quedaba abierto, nada resuelto, todo inconcluso.
no sabía ponerle un fin a las cosas. 
el punto final me apretaba el corazón y los pulmones; y no me dejaba respirar, 
entonces nunca lo usaba.
sin embargo, cuando agregaba dos puntos más, la perspectiva era otra.
ya no era un chau, era un hasta luego,
y yo sabía que si bien se terminaba por ahora, no se terminaba en realidad,
un poco eso de cerrar la puerta, pero dejar abierta una ventana.
pero esa mala costumbre ahora me pesa.
no sé contar la cantidad de historias empezadas que dejé en el camino,
historias de finales abiertos, romances que nunca terminaron, amistades que nunca se rompieron,
y miles y miles de palabras que no se dijeron,
porque claro, así como pensaba que ahí no se terminaba, también creía que entonces no era la última oportunidad de decir, o de hacer.
sin embargo, muchos borraron esos dos puntos por mí, y muchos otros todavía esperan, quizás, todas esas cosas que no me animé a decir.
no sé qué final quiero, pero quiero un final...


que todos los excesos son malos, dicen.
como el exceso de alcohol, que se satura en tu sangre, y te desinhibe al punto de hacer cosas que nunca harías
-o que en realidad secretamente siempre quisiste hacer-.
o el exceso de comida, pecado capital: la gula. comer sin hambre, porque el solo hecho de comer te da placer.
también esos excesos en los que nunca pensamos, como cuando sobra la soledad y la rutina te mata;
o exceso de vos, de verte, de tocarte, de sentirme llena de tus besos,
y extrañarte, cuando ni siquiera te tengo.
dicen que los excesos son malos, pero no sé si algo tuyo podría, alguna vez, estar de más.

te perdono por todo que no fue, por lo que pasó y por lo que sufrí. te perdono por ir, y venir, y volver a irte. te perdono por volver a hablarme cuando no había necesidad y por la última promesa que hiciste y no pudiste cumplir.
vamos a comer perdices, eso sí.
pero yo acá, sola, en mi casa;
y vos...
no sé, quién sabe...

no esperaba nada.
es decir, si, pero en realidad no.
que me sorprendas tal vez,
que hubieras cambiado.
pero no.
sabía en el fondo que no.
una sorpresa de vez en cuando, no estaría mal.
una buena, una positiva,
una que me convenza que todavía hay cosas que valen la pena.
pero no.
mi teléfono sigue mudo,
y supongo que es mejor así.
vos seguís siendo vos,
y yo sigo siendo yo,
y no, creo que en el fondo no quiero que me salves.

se terminó antes de que quisiéramos que se terminara,
hubieron gritos tan fuertes que me duelen los pulmones y los oídos,
se rompieron copas, vasos, espejos y corazones,
lloramos hasta que se nos secaron los ojos, y mojamos todo,
nos odiamos, nos ignoramos, nos gritamos, nos amamos y hasta nos extrañamos,
quisimos pedir perdón pero nos quedamos sin palabras,
quisimos volver a besarnos pero nos quedamos sin amor,
quisimos olvidarnos y la memoria nos jugó en contra,
quisimos alejarnos pero ninguno avanzó.
cerrá los ojos, no escuches lo que dicen,
camina un poco más conmigo,
vamos de la mano,
que sea en paz nuestro último rato.
todo este desastre, no te preocupes, que después lo arreglamos.

me acosté en mi cama a mirar el cielo
-raso, obvio-,
y pensé en vos.
porque ese era nuestro momento más íntimo,
cuando nos contábamos sin miedo todos nuestros secretos;
vos, mi techo, y yo.
me acordé de la cantidad de tiempo que hace que no estas en mi cama,
ni yo en la tuya,
y en lo mucho que me gustaría que la distancia entre nosotros se acorte.
pero la última noche fue nefasta,
al punto tal que todos sus momentos fueron suprimidos y no los recuerdo.
pero como siempre digo:
nos merecemos una despedida perfecta,
por eso sé que cualquiera de estas noches
seguramente te vuelvo a cruzar.

morí, como mueren los que se atreven a desafiar el tiempo e intentan estar en dos lugares a la vez, acá y allá, en el presente y en el pasado, y al final se desintegran, porque es una ley universal, nadie puede estar en dos lugares al mismo tiempo.
y hoy morí, porque volví a vos, y vos sos pasado.
por un rato mi presente quedó estancado, yo te vi, te besé, te amé.
te extrañaba, por eso te visité.
hoy morí un poco, es que a veces es demasiado difícil escaparle a la memoria.

no se puede vivir de recuerdos, y eso era todo lo que en realidad eras: un puñado de recuerdos.
por eso tuve que aprender a vivir sin vos.
y miré hacia adelante y caminé.
di tantos pasos que ya ni recuerdo cuántos fueron.
y avancé.
vos te quedaste atrás (en mi pasado), y adentro (en mi corazón), donde siempre vas a estar a intacto y a salvo.
y puedo volver a vos, cada vez que necesito fuerzas.
cierro los ojos, y ahí estás.
siempre.

ya no importa si nos vemos, ni si me hablas o si te hablo, ni si nos cruzamos o no. no importa nada, ni tus mensajes que no llegan, ni las palabras que no te digo, ni los besos que doy a desconocidos aunque solo sean para vos. no importa si es de día, o de noche, ni si es viernes o lunes, porque cada día es igual de deprimente que el anterior.
intenta ahora buscarme, seducirme y besarme. intenta que corra a tus brazos, que me pierda en tus ojos, que crea en tus palabras. intenta enamorarme, dejarme, y romperme el corazón.
y mirame salir caminando con la frente en alto y el corazón intacto, mira como puedo (sobre)vivir sin vos.
mira como me levanto todas las mañanas, como me río, como bailo!
mirame triunfar y (intentar) ser feliz aunque tu presencia ya no me acompañe.
mira en lo que me convertí desde que deicidiste dejarme atrás.

te soñé, y entonces ahora te recuerdo así con el alma incomprendida como de poeta, con el pulso tembloroso de quien lo perdió todo pero sigue luchando, con la piel arrugada por años de risas y llantos.
y tal vez te admiro un poco más, porque de alguna forma creo que sí tenías alma de poeta, y que la lectura ocupaba muchas horas de tu día porque te gustaba viajar imaginando, porque habías perdido a tu compañero de viaje años atrás.
y cuando siento que te extraño, lamento haber sido demasiado chica para entender muchas cosas, y para compartir tantas otras. pero de alguna manera, y desde algún lado sé que estás.
me hablaste las otras noches en mis sueños.

pasa de todo, o no pasa nada, y me vuelvo a sentir como cuando tenía 15, como cuando mi corazón estaba tan roto que se había secado, y me encerraba a llorar en mi cuarto por horas. como cuando no tenía a quien llamar, ni en dónde esconderme. como cuando sentía que morir no iba a doler.

confieso:

que ya no amo nada real, que lo único que me quedan son una interminable lista de recuerdos, que quiero convencerme de querer a cualquiera que me besa pero en realidad no siento nada, que tengo miedo, no, pánico de quedarme sin sentimientos para siempre, que me paralizo cuando pienso que mi gran amor ya puedo haberlo tenido y lo dejé ir, que mis amigas me hacen feliz y me ayudan a salir adelante, que ya no sé qué espero de mi futuro, que encarar cada nuevo día es un desafío desde que estoy sola, que mi corazón es demasiado grande y esta demasiado vacío, que mi teléfono ya no suena tanto como antes y por eso lo dejo en silencio, que igual soy feliz, que el fin del mundo podría llegar y seguramente me encontraría bailando desacatada!

quiso el destino que fueras solo un recuerdo,
y ya casi ni eso queda de vos.
nada importa demasiado ahora que el frío me alcanza y yo me acuesto tiritando.
ya todo es irrelevante cuando pienso que no hace tanto (o tal vez sí), el tiempo se paraba cuando reíamos los dos.

lo hago de nuevo, y total, por qué no?
ya no hay más nada que perder...
fumas un cigarrillo, e inundas mi aire con tu humo.
recorremos la ciudad mientras tratamos de conocer lo que nuestros corazones ocultan,
nos reímos de trivialidades, y nos contamos secretos que en realidad no importan.
nos consolamos un poco con algunas coincidencias, y nos asombra parecernos en cosas que nos creíamos únicos.
lo vuelvo a hacer, y no me extraña.
busco alguna excusa para rozarte.
no consigo entender donde termina esta nueva pseudo amistad, y donde empiezan mis ganas de besarte, ni si vos en realidad me queres besar.
pasa de largo la noche, y ya no hay rincones oscuros donde escondernos, mi media sonrisa me delata, y mis ojos dicen cosas que deberían callar.
buscamos excusas para quedarnos, pero no hay más tiempo.
y como quien no quiere la cosa, me besas.
y me voy.
hasta mañana.

siempre fuiste ese amor entre amores.
a quién volvía con la cabeza baja y con mirada arrepentida.
siempre estabas. y parece que fue ayer la última vez que hablé con vos, la última vez que nos despreciamos, y nos pisamos el corazón.
ya se equipara la cantidad de tiempo que no sos nada, a la cantidad de tiempo en que para mí lo eras todo.
si tuviera que pensar en un recuerdo, está todo tan borrado que tendría que inventarlo.
pero me acuerdo del amor que te tenía, estoy llena de cicatrices que nunca me van a dejar olvidarlo;
por eso, de vez en cuando, me acuerdo de vos.

16 años.

¿Cuando un “te quiero”,
Se convierte en “te amo”?
Y ¿Cuándo un “te amo”,
Es realmente sincero?

¿Cuándo es realmente amor
Lo que uno siente?
Y ¿cuándo el pasado,
Dejó de ser presente?

¿Cuándo necesitarte
Significa quererte?
Y ¿cuándo quererte,
Me lleva a  olvidarte?

¿Cuándo para amar,
Se necesita un motivo?
Y ¿cuando por ese motivo,
Vale realmente la pena amar?

¿Cuando perdonas
Una traición?
Y ¿cuando el corazón,
Logra verdaderamente perdonar?

¿Cuándo olvidas?,
Si es que lo haces.
Y cuando lo haces,
¿Realmente olvidas?

(a los 16 años, ya tenía roto el corazón)

ojos de cielo...

revolviendo un poco el pasado, te encontré muy cómodamente acurrucado en una esquina que hacía mucho no visitaba. seguías ahí, con tus rulos tan desprolijos como siempre, con las palabras más crueles que jamás escuché esperando escaparse de tus labios, con tus ojos indefinidamente azules, o verdes.
y yo que releo viejas conversaciones, saldría corriendo a buscarte, aunque ya no nos queramos en realidad, pero solo para ver si por un minuto, al tenernos enfrente, volvemos a temblar, y a amarnos, como una vez creo que hicimos.
y si queres usarnos, y mentirnos, y desgastarnos, como tantas veces soñamos, y nunca pudimos.
y mirarnos los ojos, y callarnos.
alejarnos, no hablar nunca más,
y volver a ser como dos desconocidos,
que alguna vez se amaron,
y que por fin tienen un momento que vale la pena recordar.

no vamos a comer perdices...

es el miedo a estar sola para siempre, no porque ya nadie me quiera, sino porque ya no creo que haya a quien querer. nadie parece valer la pena. la gente de oro parece haber desaparecido de este mundo. seguramente por eso acá está todo tan mal. debe haber un mundo nuevo, en algún otro planeta. se llevaron a los mejores, a los que brillan, a los que saben, a todos ellos que nosotros solíamos admirar. a los otros, a los comunes, a los que nos perdemos en la multitud, a los grises, nos dejaron acá. solos y ciegos, esperando. consumiendo hasta lo último de los recursos naturales, creando guerras, robando, peleando, matando, muriendo. nos libraron a nuestra suerte, que es poca y mala. no hay buen futuro. pero, eso sí, nos dejaron la religión, no perdamos la fé, nos prometen algún día un mundo mejor. claro que para eso primero tenemos que hacer explotar la Tierra y morir en el intento.

no paro. todo el día hago algo, sino, me tiro y duermo.
no pienso, no me doy esa posibilidad.
los pedazos de mi corazón cuelgan de un hilo demasiado débil que amenaza con romperse en cualquier momento: si te pienso, por ejemplo.
por eso sigo.
apareces fugazmente, pero no te dejo quedarte.
vivo.
hasta que el dolor rebalse, y me haga estallar en un millón de pedazos.

al lugar donde has sido feliz, no deberías querer volver...

no eras vos
                               por eso mis besos escasearon, 


y por eso me fui temprano dejándote en incertidumbre.
                          
                                   (y te extraño)


                pero si no eras vos, tampoco era yo. 


                                                        porque no hay un yo sin un vos, porque si vos no existís, yo no vivo.


                                 entonces tampoco hay un nosotros.


                                                                y lo que fue, no es más...


         "Y LO QUE NUNCA HUBO, NUNCA VA A SOBRAR"

atrás, ni para tomar carrera; me dijeron una vez.
y yo les creí, porque no volví más a vos.
avancé.
paso a paso,
temblando, medio inestable,
pero avancé.
dicen que lo mejor todavía está por venir,
que adelante siempre nos espera eso que tanto ansiamos.
y yo sigo creyendo.
nunca encuentro lo que busco,
ni pareciera ser que este cercana a encontrar la olla de oro al final del arcoiris,
ni estoy andando por un camino que me lleve a roma,
ni sé qué otro cliché puedo nombrar para ejemplificar lo lejos que estoy de una vida perfecta.
pero guardo un hilo se esperanza...
(por si algún día necesito ahorcarme)

¿entenderías lo que quiero si te digo que te invito a desayunar?

     no estaba acostumbrada a eso,

                                         era tan feliz en mi sueño,

         que preferí despertar

perdes o perdes,
o pensas que ganas y después perdes.
al final siempre perdes:
si te quedas, si avanzas, si volves atrás.
siempre que elegís perdés,
dejás pasar una oportunidad que ya no vuelve,
hasta cuando elegís no elegir, elegís;
elegís quedarte quieta, no moverte,
y abandonas la posibilidad de lo desconocido.
pero sentís que esta noche es diferente,
y te reís mientras caminas descalza y en puntas de pie,
y sería todo igual, si no fuera porque hoy algo va a pasar.
sos feliz, si ganas, o si perdes da igual, sos feliz.
y avanzas, o seguís,
pero hoy sonreís, y te reís:
fuerte, a carcajadas, desde la panza, desde el corazón.

"como dueles en los labios, como duele en todos lados..."

me doles acá, en la garganta, en el nudo que se formó con las palabras que no te dije. me dolés en las manos vacías, en la sonrisa quebrada, en la cabeza que no puede hacer más que recordarte una y otra, y otra vez. me doles en los ojos, en los labios y en la piel. me dolés en el cuello, los hombros y los omóplatos, tan cansados y agotados de cargar el peso de tu ausencia, de cargar el dolor de tu olvido, y más desgastados ahora que tus manos ya no los acarician suavemente para aliviar su pena. me doles por las noches bien tarde, y por las mañanas temprano al despertarme. me doles en el segundo antes de salir, o antes de entrar de/a cualquier lugar.
me doles en el alma.

desapareces

como siempre que encontras con quien saciar la urgencia de mis besos

todo cae por su propio peso, como esta noche que me volvi sola, que no hubo nadie para acompañarme a casa,    que a nadie le importo si llegaba bien. y lloro, por todo lo que no lloré desde que decidiste dar tu última señal de vida. no sé nada de vos, ni qué haces, ni qué no, mucho menos con quien.
yo por mi parte no hago nada, pierdo el tiempo, salgo con amigas, te extraño; es la única solución que le encontré al vacío de tu ausencia.

me aturde el reloj, y me duele tu ausencia.
dónde estás ahora sin mi?
dónde está tu cuerpo tan lejos del mío?
qué soy ahora que no soy tuya?
volve.
sin vos lo cotidiano pierde sentido,
y lo bueno hasta llega a doler.

cada vez que me despido pienso que es la última,

tengo guardadas casi todas nuestras despedidas.
pero nos seguimos encontrando,
porque nos despedimos mal,
todavía no encontramos ese final perfecto.

vos

un borde
                 un precipicio
      vértigo
                                     estoy a punto de saltar
          una esquina de tu cama
tus almohadas
                                                la ironía de ser salvada por tus besos y lastimada por tus labios

nada más lindo que estar enredada en tus sabanas alguna que otra madrugada, y reír con vos...

tan rota
           como un rompecabezas
imposible                       de volver a


                            armar

sé que se ve en mi ojos, pero se siente cuando hablo?
no sé si alguno podrá darse cuenta,
todo el tiempo trato de disimularlo.
me duele el corazón,
y desde hace ya varios días,
mi voz suena medio áspera y entrecortada,
es que quiere llorar, está llena de lágrimas.

malditos recuerdos, maldita memoria selectiva,
malditos besos tuyos en mis labios!
ya no estás,
frente en alto, paso constante, mirada de hielo,
si yo no peleo por mí, nadie más lo hará.

me buscas por semanas,
insistentemente.
yo siento (y sé) que ya no voy a poder verte.
lo digo, lo pienso, (para convencerme) lo escribo.
acto seguido:

                                 el mundo se agrieta y caigo en un hueco tan profundo que creo que todavía no terminé de caer.
my world crumbles.


todo lo que creía conocer ya no está,
ahora no me queda otra que buscarte


estar sola nunca es una opción
                                          no sé cómo,
              no puedo.

estoy en absoluta desventaja con vos,
                                     
                                                 sos mi única opción.


no quiero otra cosa, no quiero algo nuevo.
aunque tampoco sé si te quiero a vos.


                                                                                     hay un sólo desenlace posible para esta historia:


                                   vos tenés lo que querés,

                                                                                yo me quedo con el corazón roto

lluvia

te tengo miedo. mañana llegas y no quiero que llegues. tal vez me sorprendas y llegues esta noche, como quien no quiere la cosa. dicen que venís. todo parece indicar que es cierto. venís con tu humedad y tu frío que se apodera de todo. mañana va a sonar el despertador y no me voy a querer levantar, voy a estar escuchándote pero tratando de evitar verte. vas a romper mi corazón.
yo voy a llorar,
vos vas a llover.

sonrío cada vez que creo que alguien esta mirando,
canto todas las canciones que escucho o que se me vienen a la cabeza,
soy irónica, y hago chistes,
miro comedias en la tele, y las comento,
contesto indiferente cuando me hablan de vos,
miro a todos a los ojos, y no bajo la vista por nadie,
me río lo más fuerte y exageradamente que puedo para que todos lo noten,
bailo aunque me duelen los pies y el corazón,
organizo planes,
planeo la próxima salida,
salgo a comprar ropa.
así y todo me dicen que me ven triste,
es por mis ojos.
es que sos inolvidable,
pero yo voy a resistir
hasta que por fin deje de dolerme.

ya no sos real, no sos un hecho; no podes serlo.
ahora sos un recuerdo, sueño,una idea, una ilusión.
no sé decir qué,
a veces se confunde mi subconciente,
a veces me confunde el alcohol

es domingo. primer domingo. la soledad de la casa me aplasta el alma. encima hay viento y sol. brilla alcanzándolo todo con sus rayos, y yo sin refugio. ¿dónde me escondo? llevo días escapando, ayer llovió y pude hibernar, hoy no tengo dónde correr. me alcanza la soledad, el frío, el miedo, la distancia, el odio, el arrepentimiento. no quiero sufrir más, debería morir.

estoy esperando que pase ese momento ínfimo pero sublime en que escuchas palabras de esas que te cambian la vida en un segundo, y te hacen querer dar un giro de 180º, en boca de quien nunca lo esperabas. estoy esperando el encuentro, o reencuentro con alguien cuyo recuerdo me haga sonreír hasta antes de quedarme dormida, y aun entre sueños. a veces lo busco con demasiado ímpetu, a veces me convenzo de que va a pasar sólo, y me siento a esperar.

a veces acá, a veces allá.
a veces me hablas, otras tantas me olvidas,
decís que pensas que me cansas y desapareces,
pero siempre (casi) estas...
como una vez cantó sabina,
me podrán robar tus días,
tu noches no;
son mías

espero.
sé que estás viniendo.
lo que hace más de dos años es, va a dejar de ser.
lloro.
me tiemblan las manos mientras te escribo la última cosa que jamás te voy a escribir.
duele.
aunque esta decisión la tendría que haber tomado yo mucho antes que vos.
te voy a extrañar,
hasta siempre.

el reloj no para, no puede parar. todo lo otro sí.
entonces parece que estoy en cámara lenta, y que todo se intensifica.
todavía puedo ver tus ojos brillando, iluminando tu sonrisa que sonríe porque me mira, y quiere mirarme [y sonríe por mí, porque estoy ahí, porque soy tuya].
y se me pone la piel de gallina, y me corre un temblor por todo el cuerpo.
[si, como cuando me besas(abas)]
y me asfixio, el aire se hace espeso y casi puedo sentir el esfuerzo de mis pulmones agrandándose para recibirlo y llenarse de él.
pero lo disfruto porque te amo tanto que cualquier dolor es tolerable a comparación de la insoportable sensación de sentirte (y saberte) ajeno, a comparación de la inmensa pena que produce tu ausencia.
pero sucede de repente. como dicen en el gran pez.
el silencio explota contra mí, y el tiempo vuelve a correr no a la velocidad normal (aunque sea relativa), sino mucho más rápido, para compensar el tiempo que estuvo parado.
y entonces ya no estas, y en realidad hace meses que te fuiste, pero el tiempo había estado parado porque me habían hipnotizado tu sonrisa y tus ojos (que eran míos), y no me dejaste nada.
sólo esta desilusión en forma de tu persona, con tu nombre y tu cara;
y tu recuerdo.
ya no siento el dolor en mis pulmones, el aire es normal y respiro, pero me duele todo el cuerpo.
todo lo otro me duele desde que no estas,
y quién sabe cuánto es eso.
el tiempo a veces juega juegos conmigo que yo no sé jugar.
no quiero jugar, me duele.
y las agujas aturden mis oídos con sus tics, y sus horriblemente fuertes tacs.

siempre tendremos paris

salvo por el hecho de que nunca tuvimos nada,
ni siquiera algo,
nada,
ni un recuerdo al cual aferrarme,
nunca,
ni siquiera fuimos.
nada.

soñaba, al perderte sentía un dolor tan fuerte que parecía la vida real, como esa vez que me dijiste que no me querías. pero te recuperaba, porque los sueños son sueños. y en mitad de la noche me desperté riéndome a carcajadas y llena de felicidad porque te sabía mío.

será la forma que tiene mi subconsciente de recordame que no te olvidé...

nos equilibras, equilibras esto que somos sin ser,
me equilibras.
siempre me gustaste porque nunca te guste más tiempo del que vos me gustaste a mí,
o algo así.
me buscas de vez en cuando.
y después desapareces, justo antes de que yo quiera que desaparezcas.
entonces me dejas esperando más,
no porque en realidad lo quisiera,
sino porque no me dejas tenerlo(te).
yo no desaparezco,
nunca, no me das tiempo.
pero es bueno.
una vez quise desaparecer, y ya no volví.
entonces espero entre ansiosa y resignada,
a la próxima noche que entre copa y copa,
te acuerdes de mí.

se termina.
siempre.
incluso, tal vez (quién sabe), nunca lo hubo:
amor
-o compañía, o cariño, o calentura, o solo sexo-.
pero fue amor, tenía que ser amor,
porque siempre te enseñaron que sino, estaba mal.
sos una chica bien,
no podes calentarte,
no podes querer que te alcen, y te aprieten contra una pared de un cuarto donde nunca antes habías estado,
y que el momento borre tu conciencia, y tener esa necesidad de tener sexo sin siquiera terminar de sacarte la ropa porque no te quiere hacer el amor, solo quiere cojerte.
y no podes terminar agitada en el piso, ni levantarte e irte sin decir nada.
-porque no importa nada-.
tiene que ser en una cama,
tiene que haber pétalos de rosas,
tiene que besarte la boca, el cuello y la espalda,
tiene que acariciarte, decirte que te ama,
y abrazarte después de haberte hecho el amor.
entonces fue amor,
porque nunca lo dejaste que te coja.
y ahora vos pensás que es amor, cada vez que alguien te toca.
y te rompieron el corazón tantas veces,
que ya no sabes hacer al amor,
porque ya no amas.
pero cojes, y a ellos les gusta,
siempre nuevo, siempre distinto,
y les gusta siempre.
y siempre se termina,
(porque todo se termina)
tenes un corazón roto,
¡pero qué sonrisa!

un feliz día para todos aquellos que todavía se animan a amar

me fui sin verte, y cuando volví ya no estabas... te quedaste debiéndome una despedida y un reencuentro prometido. por algún motivo hoy me acordé de vos, de las noches escapándole al tiempo, de los besos prohibidos, de las miradas traviesas. me acordé de la complicidad del último tiempo, de las risas de la última noche, de lo cerca que estábamos vos de mí, y yo de vos... creo que fue eso lo que arruinó todo, esa sensación de confiar, de sentirte cómodo, la situación de la no mentira, de compartir, de disfrutar, de acoplarnos. te dio miedo, creo, no sé. tal vez mi cabeza inventa motivos para encontrar una respuesta a tu ausencia.

2011, empezando con el mismo pie izquierdo con el que di el último paso en el 2010... o tal vez, no tanto...

promesas de año nuevo: sé que puedo...