ME GUSTA TANTO QUE ME ENCANTES

hoy quiero estar con vos más que nunca,
aunque lo más sensato sería no estar nunca más con vos...
amor/obsesión,
no encuentro la línea que traza la diferencia


¿Podés entenderlo?

Al final todo se reduce en vos, en mí, en nosotros...Vos y yo, como fue siempre, como tiene que ser, como debió haber sido...

No importa cuanto creas que avanzas, no te fuiste nunca de mi lado, no importa con quien este, siempre estoy con vos...

Como si no existiera el tiempo, como si no existieran las distancias, como si no rompiéramos corazones ajenos, volvemos a vernos, y todo es como la primera vez, o tal vez mejor, porque esa primera vez éramos tan chicos, tan inexpertos...

Pero ya no, crecimos, cambiamos, y sin embargo vos seguís siendo vos para mí, seguís siendo vos conmigo, y yo, sigo siendo siempre yo, la que conociste, con algunos rasguños más, pero siempre la misma, siempre tuya...

¿Ahora te das cuenta?

proceso de duelo

No hablo de duelo, duelo, de cuando alguien se muere (odio decir se muere, queda medio tosco me parece) sino de duelo como cuando alguien se muere para vos, como cuando querés echar a alguien de tu vida...

El hecho es que hoy estaba atravesando un proceso de duelo, y llegué a la conclusión de que siempre reacciono de la misma manera... Algunos duelos me llevaron años, otros 2 o 3 meses... Por suerte este se completó con un día, o eso parece...

Primero me enojo, me enojo mucho, me pregunto por qué, pregunto qué faltó, qué sobró, qué pasó, y me ahogo en la tarea de intentar buscarle una explicación, aunque sé que nunca la tiene. ¿Por qué si di todo, recibo esto a cambio? ¿Por qué me miente? ¿Por qué me dice una cosa y hace otra? ¿Por qué no me quiere? ¿Por qué le creí si sabía como era? ¿Por qué pretendía poder cambiarlo? ¿Por qué me permito tropezar tantas veces con la misma piedra? Y un sin número de pregunto que concluyo que muchos se hacen de vez en cuando... Me convenzo primero de que la culpa es mía por dejar que eso pasara... Después, termino por pensar que no, que la culpa es suya, que yo actué bien, y que él que estuvo fuera de lugar fue él... Después de todo, él fue quien exigió de mí un cierto compromiso que después no fue capaz de cumplir...

Después de enojarme y odiarlo, caigo en la depresión... Siempre juro que no lo voy a hacer pero es inevitable... Y lloro, siempre lloro, primero cae una lágrima, después no paran. Me angustio, me pongo triste y hago un esfuerzo sobrehumano por intentar borrar de mi cabeza todas las cosas que me había imaginado que iba a hacer con él. Me olvido de que hoy íbamos a ir al cine, me olvido de que me iba a invitar a tomar sus mates un día de la semana, me olvido de que el próximo día lindo me iba a llevar al río, y me olvido de que quería invitarlo a comer, cocinarle y si me animaba, invitarlo a dormir la semana que viene cuando mis papás estuvieran de viaje... Por suerte no era muchos los planes que había hecho, por suerte todavía no había llegado a ocupar un lugar tan grande, aunque sí, alguna vez me animé a mirar un poco más allá...

Como último paso del duelo, lo supero... Recobro las fuerzas que había perdido, me doy cuenta de que él no era ni tan especial, ni tan importante... Nunca bajó a tocar el timbre, nunca me abrió la puerta del auto, nunca llenó mi vaso antes de que se terminara, nunca se preocupó más por mí que por él... Si, me gustaba, pero no más que otro. Y así llego al punto en que empiezo a pensar que no valía la pena, que si yo estoy dispuesta a dar todo, merezco recibir del otro no menos que eso, y él no quería, ni podía, y hasta pienso que no sabía cómo hacer eso... Actitud superada, y ya no importa...

BORRÓN Y CUENTA NUEVA, Y A OTRA COSA MARIPOSA

Afortunadamente, esta vez, todavía mantenía un vuelo bajo, no había llegado hasta las nubes... Y no llegó a ser caída, fue más bien un tropezón...
Y si es cierto lo que dicen por ahí, que un tropezón no es caída, creo que puedo intentar aprovechar el rebote, levantarme y seguir...

RENUNCIO A LOS HOMBRES
(por lo menos por un tiempo)

tarde de domingo

me ponía mi buzo grande, las pantuflas esas que tanta gracia te causaban, y me sentaba a estudiar en frente de la ventana para ver cómo soplaba el viento...
a las cinco y media, a veces a las seis de la tarde yo cerraba mi libro y bajaba corriendo a preparar dos tostados, y dos nesquicks, uno con azúcar...
esperaba ansiosa hasta que escuchaba un auto, la perra ladraba y vos tocabas el timbre...
volvías helado siempre, me dabas un beso gigante y metías tus manos frías por abajo de mi ropa, a veces en mi panza, a veces en mi espalda, y yo gritaba.
te sentabas en el sillón, yo traía la bandeja y ahí nos quedábamos juntos pasando la tarde...

hoy es una tarde como esas, fría, con mucho viento, yo tengo puesto mi buzo grande y mis pantuflas... no lo sé con certeza, pero seguro vos estas navegando y cuando salgas, vas a tener las manos frías...
yo voy a tomar la leche sola, y vos no vas a tener quien te de calor para tus manos...

vos ya no venís...
y yo ya no te espero...

(el invierno no empezó, pero el frío vino y yo me acurruco sola con mi mantita de polar fucsia)

inevitablemente todo cambia cuando te veo...

no encuentro una explicación lógica, no entiendo por qué, ni mucho menos cómo... no hay ningún rasgo en particular que te haga resaltar, no sos más dulce que otro, no sos más caballero, definitivamente no me tratas mejor, pero tenés un no sé qué que me transporta...

cuando estoy con vos, se le restan importancia a los problemas que ocupan mis pensamientos, el vacío que provoca la soledad casi no se siente, y sonrío, hasta a veces me río... creo que es eso, tenés ese don para hacerme reír como nadie... y el tiempo vuela... a veces nos quedamos en silencio, pero nunca un silencio incómodo, sino ese silencio que nos junta un poco más...

sabés lo que me gusta, y te esforzas por llegar a cumplir mis espectativas...
sé que sentís que te evalúo cuando te miro "así" (como me decis vos), pero no... te estudio, podría decirse, te aprendo, te memorizo, y así te guardo para sentirte un poquito más mío hasta que por fin lo seas...
sólo tengo una queja: ojalá te viera más seguido