Bastaba un beso y no hubo nada. 
Bastaba tu abrazo, pero quedó vacío. 
Bastaba una palabra y hubo silencio. 
Me fui para siempre, con el alma en pedazos, sin mirar atrás, como nunca miré.

Que extraño concepto ese de morir por otro. Sería muy fácil morir por vos: muero y punto, no implica ningún sacrificio. Yo creo que el mayor acto de amor es vivir por vos, y estar dispuesta a afrontar las consecuencias de esa elección todos los días de mi vida. Vivir por tu amor, por todo lo que fue, y todo lo que fuimos. Vivir por vos, sin vos, sin que vos vivas por mí. Ese definitivamente es mi último regalo para vos.

Sos mi "nada", de cuando la gente pregunta qué me pasa. Me pasas vos. Me pasas vos en todo el cuerpo. Me pasas vos en las grietas que se abren en el alma. Me pasas vos en la melancolía que se me instalo en el costado izquierdo de mi ojo. Me pasas vos en mis pies muertos de frío y en mi sonrisa que olvidó como curarse. Me pasas vos en las horas que ya no se llenan con nada. Me pasas vos en los recuerdos, en los momentos felices. Me pasa que ya no me pasas.
Que qué me pasa?? 
No, nada, nada.

Que llueva. Y que el cielo lloré conmigo, y que sus lágrimas se lleven mi lluvia. Y que mi gris se mezcle con sus nubes y no se note tanto. Y que pase el tiempo, y me encuentre lejos, en países lejanos, hablando idiomas desconocidos y deseando que estuvieras ahí conmigo. Y que ya nunca estés, ni deseándote, ni extrañándote y que sólo habites en un recuerdo lejano de un tiempo que fue mejor y que quedara para siempre cristalizado en el tiempo. Y que me extrañes y te duela la distancia y el tiempo. Y que me busques. Y que seamos para siempre felices, y que comamos perdices.

Ojalá pudiera borrar el día de hoy, o el último mes, o lo que sea que haya sido que te hizo mirarme de una forma distinta. Pero no puedo, en cambio sólo puedo pedirte que no me olvides. Que me dejes ser eterna en tu memoria. Que te acuerdes de mis pies muertos de frío, de mi espalda que se llenaba de tus besos, de mis besos que se llenaban de tu cuerpo. Que te acuerdes de las noches llenas de estrellas y de las luciérnagas que nos acompañaban a nadar desnudos en verano. Que te acuerdes de la playa, los médanos, y de la luna. Que sepas que de alguna forma, esa que amaste sigue en mi, sigo siendo yo. Aunque vos hayas cambiado. Ojalá siempre te acuerdes de todo eso que yo nunca me voy a olvidar.

Antes de que te rindieras, fuimos eternos, fuimos fugaces infinitos que duraron para siempre. 
Fuimos vientos, tempestad y marea. 
Fuimos calma. 
Fuimos amor del bueno, puro, de ese que ya no se encuentra. 
Fuimos libertad juntos. 
Fuimos todo lo que quisimos y más. 
Fui tan tuya como nunca fui de nadie. 
Fuimos risas a la madrugada y abrazos rompehuesos. 
Fuimos besos exploradores, fuimos fuego. Fuimos aventura. Fuimos fugitivos del tiempo. Fuimos familia, amigos, pasión, sexo.
Fuimos.

Dicen que uno siempre quiere volver a aquellos sitios donde amó la vida. Yo no. Al menos ya no más. Volver causa decepciones. Volver lastima. Volver ahoga, retrocede. Yo voy para adelante. Tal vez con pasos pequeños, tal vez con pasos inseguros y tímidos pero siempre para adelante. Atrás no hay nada, sólo vacío y la nada. Sólo vos y la nada. Sólo que recuerdos que ya no son: nada.
Así que si este es el adiós, que así sea. No te deseo nada para tu futuro más que felicidad. La que quise darte y no te alcanzó, la que quise darte y no supiste manejar. Y libertad: ojalá la próxima que te ame, te ame libre, porque si no lo hace así, no vas a ser vos. Va a amar de vos lo que ella haya moldeado, va a amar de vos un prototipo. Pero no te va a amar a vos como te ame yo, con todo y tus manos de papel de lija, con todo y el fuego de tus ojos, con todo y tus distancias, con todo y punto.

Te perdono, aunque no me pidas perdón, aunque ni siquiera sepas que me lastimaste, que todavía me lastimas.
Porque todavía seguimos sin ser todo eso que nunca nos animamos, y queriendo ser todo lo que nunca pudimos.
Me pregunto qué habría que haber hecho diferente para estar hoy uno en la vida del otro. Y estoy casi segura que en ninguno de los posibles caminos terminábamos juntos.
Porque el nuestro era un amor imposible, un amor destructivo y eso también era parte de su magia. Saber que yo nunca iba a ser tuya y vos nunca te ibas a conformar conmigo.
Nada es suficiente para vos, ni nadie, ni siquiera hoy. Por eso un poco me alegra no ser yo la que esta con vos, y saber que soy la que siempre te va a faltar.

Pensé que era para siempre. Pero no el para siempre de los 15 años, el para siempre, para siempre. El de verdad, el de "te esperé toda la vida y acá estas". Y tal vez vos seas mi para siempre y yo no sea el tuyo. Porque el amor también a veces funciona así, como dice el libro: el amor es muy puto. Así que es posible que vos si seas el amor de mi vida de todas mis vidas. Me niego a creer que mi intuición haya fallado tanto. Y tal vez yo realmente no sea más que un amor pasajero en una de tus vidas, porque me niego a creer que seas tan tonto como para dejar ir al amor de tu vida.