los medios de comunicación parecían muchos, parecía que iban a alcanzar, quizás hasta sobrar. y no. ni un poquito. no alcanza ni para un cuarto de lo que te necesito.
no pasaron 3 meses todavía, y tu ausencia se siente como si no te hubiera visto en 10 años.
vos eras (sos) mi persona.
siempre dispuesta, siempre con ganas de hacer algo, siempre con un "si", sin importar lo locas, o aburridas, o bizarras fueran mis ideas.
no hay más personas como vos, ni hay amigas como nosotras.
y ahora estás tan tan tan lejos que no puedo llamarte, y decirte que vengas a tomar sol, o a ver una peli, o solamente a estar. porque cuando sólo estábamos era cuando mejor la pasábamos. porque una tarde de lluvia sin hacer nada, siempre surgían los mejores días, porque no había forma de aburrirnos porque vos me divertías a mí, y yo a vos.
te extraño, y no porque te necesite, porque en muchos sentidos estoy pasando mi mejor momento, y soy plenamente feliz, pero es en lo cotidiano, en lo de todos los días en lo que faltas.
se me ocurrió teñir unos shorts como se usan ahora, aunque donde estás vos, se usaron el verano pasado. y no puedo hacerlos, porque quién más aparte de vos y de mí puede divertirse tiñendo y destiñendo shorts y pegándole tachas un día entero?
estás bien, viviendo como soñaste, y me pone contenta por vos, pero a veces hacés falta.

"no lo entiendo", te digo.
y vos te sonreís, y ahi como estoy, despeinada, descalza y en puntas de pie para alcanzarte, me abrazas.
es que no puedo explicar como llegas, y soplas lejos lo que hubiera de malo,
y te llevas lo que sea que estuviera molestando con tu sola presencia.
caminás hacia mí con esa despreocupación que me calma y me estresa,
y me haces feliz:
en las noches de verano que esperamos que lleguen,
en las siestas que dormimos entre abrazos y despidiendo al invierno,
cuando me comes a besos, y no dejas mis migas,
en la mueca que dibujas justo después de despertarte

una vez, cuando éramos más chicos, en una clase que no compartíamos, una persona que después me traicionó; medio en serio, medio en broma te dijo, refiriéndose a mí y todos rieron: "no dejes pasar el tren".
y la vida es un poco como los trenes, o será que los trenes son la manera más figurativa para poder explicar las oportunidades de la vida.
la cuestión es que pasé más veces de las que puedo recordar, y vos siempre parado con el boleto en la mano, me mirabas marchar.
entonces el tiempo que compartíamos se terminó, y yo dejé de pasar, y las oportunidades se nos dejaron de presentar, y ya nos gana el tiempo que no somos nada, al tiempo que fuimos "algo".
y a nadie le importa, pero no sé, hoy llueve.

desde que era chica mi mamá siempre me decía (y le decía a los demás refiriéndose a mí) que yo no conocía el miedo, que siempre miraba a la vida a los ojos, y que ni aunque se me presentara el mismísimo diablo yo flaquearía. yo me sonreía y me sonrojaba. solía estar secretamente orgullosa de esto, no porque nunca sintiera miedo, que de hecho, a veces lo hacía, sino de que el mundo pensara que no, de atreverme a enfrentar a quien o a quienes o a lo que se me interpusiera en mi camino.
hasta ahora.
que no hay un enemigo visible, que no sé contra quién combatir, que no estoy segura de qué armas emplear. y estoy paralizada, chiquita y asustada, frente a la inmensidad del futuro.
con vos a mi lado por ahora, y sin saber cómo hacer para frenar el tiempo, para que todo se quede así, perfecto, como lo sentimos ayer.
con miedo a seguir creciendo, a que la vida me aleje de las personas que más quiero, que las lleve lejos donde ya no puede escucharlas o sentirlas.
con miedo de no saber qué es lo que quiero, pero sabiendo que no quiero conformarme.
con miedo a la normalidad, a lo que se supone que debe ser.
con miedo a que pase el tiempo, y que al mirar para atrás solo haya arrepentimientos.

de cuando llegaste

apareciste cuando no te buscaba. cuando era feliz, y me sentía plena. cuando los días estaban cargados de risas y abrazos, y amigas eternas.
llegaste. te colaste en mis noches, y en mis horas.
te hiciste tan necesario y cotidiano como el café de las mañanas.
encontré en vos todo eso que no sabía que me faltaba.
nunca me olvides. nunca te vayas.
quedate donde pueda cuidarte, donde el tiempo no se nos escape, donde nuestra risa sea eterna.
quedate conmigo, hundido en mi abrazo.

Pensaba en el destino, y en eso de si nuestro futuro ya está escrito o somos nosotros los que lo vamos escribiendo día a día, con cada decisión; buena o mala. Y entonces pensé en nosotros. En que estábamos predestinados, aunque no lo supiéramos. Y pensé en todas esas veces en que nos cruzamos antes de esa vez. En que teníamos que estar juntos, pero no lo sabíamos, porque estábamos con otras personas. Por que elegimos opciones que nos llevaban por caminos distintos, y aunque el destino nos cruzara, nosotros no sabíamos aprovechar el momento.
Pero ahora estamos juntos, como tendríamos que haber estado desde hace mucho tiempo, aunque no podíamos darnos cuenta.
Y entonces llego a la conclusión que la vida es un poco de los dos. Un poco lo que el futuro nos depara, y un poco las decisiones que tomamos, pero al final de cuentas, un poco antes, o un poco después -dependiendo de nuestros propios aciertos o desaciertos-, las cosas son como tienen que ser; y lo que tiene que pasar, va a pasar... Eventualmente...
Por eso amo esa palabra. Y por eso te amo a vos.

nos ve llegar, y cambia de color. vos te ponés contento y me decís "mirá, esta verde". lo decís con orgullo, como si el cambio de luz del semáforo fuera un mérito propio tuyo, y pasamos de largo sin frenar. yo te sonrío. no sabés que por dentro lo único que quiero es que el semáforo esté en rojo y frenar ahí, y que se frene el tiempo. y quedarnos en la calle, en el auto, donde todo es perfecto llenándonos de besos.

presente perfecto

te quiero. 

mucho.
mucho.
mucho más.
más...
con puntos suspensivos, sin punto y aparte, porque sigue siendo más, y sigue creciendo.
entonces, etc.
soy (me haces) feliz.
me doy cuenta porque no puedo escribir,
porque no puedo imaginar,
porque no hay una sola cosa tuya (nuestra) que quisiera cambiar; 
o tal vez sí,
como que me dejaran despertarme hundida en tu abrazo,
o que podamos desayunar un nesquick juntos a la mañana,
o que nos pudiéramos escapar por unos días a la playa, y ver el mar desde la cama resguardados del frío del viento del invierno.
pero no escribo, porque me rebalsa el cuerpo del amor que siento, y te empapa, te moja y te llega de mil maneras que no son en palabras; y me vacío. hasta que por unas horas no te veo y me vuelvo a llenar.
pero a veces no estás, como ahora, que faltan 72 horas para que vuelva a verte, y ya tengo tanto amor adentro que tengo que escribir, porque si almacenara todo este amor, al verte te ahogarías, y tendría que rescatarte, y tendrías que quedarte para siempre conmigo.
para siempre, y colorín colorado.

no estamos en poemas, ni en novelas, ni en canciones,
nadie escribió sobre vos, ni escribiría sobre mí.
no hay películas que reflejen lo que nos pasó,
ni personajes que vivan nuestra historia.
por eso es tan único.
porque nadie podría imaginar algo así.
porque es nuestro, sólo nuestro, sin nombres ni etiquetas.
voy y yo, nada más.

que recuerdo mágico nos dejan las tormentas, 
cuando nos sentamos a reflexionar debajo del arcoiris.

ahora que sé más de lo que quería,
te quiero todavía más de lo que me creía capaz.

se acaba el aire, el espacio, el tiempo.
consumimos todo, y todo nos consume.
tenerte tan cerca que no hay distancia.
que estés, que te tenga.
que te quiera.

todavía hace calor, pero yo ya siento que despido el verano.

no podría pedirle más que todo lo que me dio.
días y noches que guardaré donde está mi familia, están mis amigas, estás vos.
aunque me siento un poco reticente con la llegada del invierno,
abrazame ahora, muy fuerte, rompehuesos, por si te aburro y querés irte.
el invierno sería demasiado frío sin tus abrazos.

creí cosas que no eran.
imaginé mucho más allá.
volé.
caí.

me da miedo que la distancia y el tiempo nos ganen
que tus ganas se gasten
que te des cuenta que soy una chica común y ya no me quieras
que alguien descubra lo especial que sos y te robe

estás muy lejos, y yo me olvido si te quiero
pero creo que te quería
entonces tengo esta mala manía de esperarte,
 y te espero
por si volvés, y querés buscarme


el cielo se rompe en pedazos que van cayendo de a poco, los rayos se encienden a lo lejos uno tras otro, las nubes están llenas de metáforas. nada quisiera más que tus besos en esta media noche, tus abrazos rompehuesos, y la habilidad de tus manos. sería distinto, sería como siempre. puras risas, sonrisas en mitades, besos con sabor a manzana verde porque es el sabor del verano, pieles calientes y bronceadas, horas que se gastan pasando desapercibidas, noches tan eternas que no tienen mañana. la ausencia que desaparece, la presencia que nos cura.

te me anudaste a la espalda en un abrazo de despedida que fue más fuerte que cualquier abrazo,
te me grabaste en la memoria, y en los párpados, y ahora cuando cierro los ojos, te veo.
te me alejaste mientras intentaba retenerte, y no volviste.
lo prometiste, pero no.
no volviste.

era mi momento.
el sol, la playa, las noches.
y tuviste que llenarlo de tu recuerdo.
ahora mis vacaciones están un poco manchadas de color a vos.
pero no estás ahora,
sólo tengo el recuerdo de unas vacaciones en las que lejos de olvidarte, te quise un poco más.

lluvia, mucha lluvia.
la muerte se lleva todo,
te deja la nada, el vacío, y la lluvia.
no va a parar.
lo importante es aprender a caminar abajo de ella,
que moje, pero no moleste.
duele, pero se sobrevive.
es lo único que queda.

venís, y te vas. y la sensación es siempre la misma.
como si nunca te hubieses ido, como si todo siguiera igual.
y el tiempo que no estuviste no es más que un paréntesis,
instantes fugaces perdidos en el tiempo,
que hoy encuentran su continuidad en la rutina diaria.
no importa que de a ratos no estés,
siempre que vuelvas.

algún día cuando ya no estés te reprocharé en silencio, tal cual como lo hacés vos hoy, el haber tenido que guardar tantos secretos

sos de acá, sos nuestro.
aunque la frase suena tosca, o amenazante, es así.
lo sabés, y lo saben.
no hay palabras, ni cartas de amor que valgan lo que valemos.
no hay noches violentas intercambiables por los asados de las noches de verano.
una y miles podrán pasar.
pero vos seguís acá.
porque sos de acá, sos nuestro.