te extraño. y no soy el único.
tus hijos y tus nietos también te necesitan.
¿por qué te fuiste? ¿cuál era el apuro?
ahora somos muchos los que andamos por la vida sin cosnuelo...

que los besos que me diste son lo único que hoy me hace sonreir,
que tus manos ásperas daban las caricias perfectas,
que tu cuerpo se acoplaba con el mío,
que siempre tenías algo para contarme,
que sigo pendiente de vos,
que te extraño,
que te necesito...
que te quiero;
palabras más, palabras menos...

te conozco de memoria.
me sé la cantidad de lunares que tenés en la espalda, sé que preferís el azul más que cualquier otro color, pero que también, en ocasiones, te simpatiza el verde. sé que no te gustó el acolchado que te compró tu mamá, pero que te lo quedaste igual para darle el gusto.
que le ponés azucar al nesquick, que te destapas cuando dormís, que nunca dormís una noche de corrido, que te levantas temprano, que te gustan los chicos, que amas el viento, que te gustan los días de sol porque nada te hace más feliz que estar al aire libre, que sos medio temerario, que la velocidad te da adrenalina, que te gustaba mi locura porque te hacía sentir libre, que mis ojos te daban paz, que me amaste...
que me amas.

te necesito

llueve, como la última vez que te extrañe...
diluvia.
yo también lluevo.
lloro a cántaros.
respiro tan hondo como puedo, porque pienso que cada respiro puede ser el último.
entre tanta agua tengo miedo de que el aire se acabe.
sobrevivi sin vos a muchos días como éstos...
pero esta vez, no sé...
tengo miedo que esta lluvia me mate.

tiene un espacio vacío en el lado izquierdo, que varía de tamaño según su soledad.
le aprietan los costados de la frente cuando mantiene adentro algo que quiere sacar, y le duele la mandíbula después de callar ciertas cosas por un rato largo.
a veces quiere morir, desaparecer, irse lejos, escaparse... en ocasiones, vacila en llamarte para que te escapes con ella (conmigo), o la secuestres.
cierra los ojos, golpea puertas, prende -o apaga- la luz, se tapa con las sábanas, cambia de canción, cambia de humor, de cara... busca soluciones que no encuentra.
se pierde para justificar que está sola, apaga los teléfonos para disimular que nadie llama, escribe porque ya no habla, muere cada noche en su cama.

tengo miedo

no quisiera despertarme en diez años
y preguntarme por lo que pudo haber sido...