te soñé, y entonces ahora te recuerdo así con el alma incomprendida como de poeta, con el pulso tembloroso de quien lo perdió todo pero sigue luchando, con la piel arrugada por años de risas y llantos.
y tal vez te admiro un poco más, porque de alguna forma creo que sí tenías alma de poeta, y que la lectura ocupaba muchas horas de tu día porque te gustaba viajar imaginando, porque habías perdido a tu compañero de viaje años atrás.
y cuando siento que te extraño, lamento haber sido demasiado chica para entender muchas cosas, y para compartir tantas otras. pero de alguna manera, y desde algún lado sé que estás.
me hablaste las otras noches en mis sueños.

pasa de todo, o no pasa nada, y me vuelvo a sentir como cuando tenía 15, como cuando mi corazón estaba tan roto que se había secado, y me encerraba a llorar en mi cuarto por horas. como cuando no tenía a quien llamar, ni en dónde esconderme. como cuando sentía que morir no iba a doler.

confieso:

que ya no amo nada real, que lo único que me quedan son una interminable lista de recuerdos, que quiero convencerme de querer a cualquiera que me besa pero en realidad no siento nada, que tengo miedo, no, pánico de quedarme sin sentimientos para siempre, que me paralizo cuando pienso que mi gran amor ya puedo haberlo tenido y lo dejé ir, que mis amigas me hacen feliz y me ayudan a salir adelante, que ya no sé qué espero de mi futuro, que encarar cada nuevo día es un desafío desde que estoy sola, que mi corazón es demasiado grande y esta demasiado vacío, que mi teléfono ya no suena tanto como antes y por eso lo dejo en silencio, que igual soy feliz, que el fin del mundo podría llegar y seguramente me encontraría bailando desacatada!

quiso el destino que fueras solo un recuerdo,
y ya casi ni eso queda de vos.
nada importa demasiado ahora que el frío me alcanza y yo me acuesto tiritando.
ya todo es irrelevante cuando pienso que no hace tanto (o tal vez sí), el tiempo se paraba cuando reíamos los dos.

lo hago de nuevo, y total, por qué no?
ya no hay más nada que perder...
fumas un cigarrillo, e inundas mi aire con tu humo.
recorremos la ciudad mientras tratamos de conocer lo que nuestros corazones ocultan,
nos reímos de trivialidades, y nos contamos secretos que en realidad no importan.
nos consolamos un poco con algunas coincidencias, y nos asombra parecernos en cosas que nos creíamos únicos.
lo vuelvo a hacer, y no me extraña.
busco alguna excusa para rozarte.
no consigo entender donde termina esta nueva pseudo amistad, y donde empiezan mis ganas de besarte, ni si vos en realidad me queres besar.
pasa de largo la noche, y ya no hay rincones oscuros donde escondernos, mi media sonrisa me delata, y mis ojos dicen cosas que deberían callar.
buscamos excusas para quedarnos, pero no hay más tiempo.
y como quien no quiere la cosa, me besas.
y me voy.
hasta mañana.

siempre fuiste ese amor entre amores.
a quién volvía con la cabeza baja y con mirada arrepentida.
siempre estabas. y parece que fue ayer la última vez que hablé con vos, la última vez que nos despreciamos, y nos pisamos el corazón.
ya se equipara la cantidad de tiempo que no sos nada, a la cantidad de tiempo en que para mí lo eras todo.
si tuviera que pensar en un recuerdo, está todo tan borrado que tendría que inventarlo.
pero me acuerdo del amor que te tenía, estoy llena de cicatrices que nunca me van a dejar olvidarlo;
por eso, de vez en cuando, me acuerdo de vos.

16 años.

¿Cuando un “te quiero”,
Se convierte en “te amo”?
Y ¿Cuándo un “te amo”,
Es realmente sincero?

¿Cuándo es realmente amor
Lo que uno siente?
Y ¿cuándo el pasado,
Dejó de ser presente?

¿Cuándo necesitarte
Significa quererte?
Y ¿cuándo quererte,
Me lleva a  olvidarte?

¿Cuándo para amar,
Se necesita un motivo?
Y ¿cuando por ese motivo,
Vale realmente la pena amar?

¿Cuando perdonas
Una traición?
Y ¿cuando el corazón,
Logra verdaderamente perdonar?

¿Cuándo olvidas?,
Si es que lo haces.
Y cuando lo haces,
¿Realmente olvidas?

(a los 16 años, ya tenía roto el corazón)

ojos de cielo...

revolviendo un poco el pasado, te encontré muy cómodamente acurrucado en una esquina que hacía mucho no visitaba. seguías ahí, con tus rulos tan desprolijos como siempre, con las palabras más crueles que jamás escuché esperando escaparse de tus labios, con tus ojos indefinidamente azules, o verdes.
y yo que releo viejas conversaciones, saldría corriendo a buscarte, aunque ya no nos queramos en realidad, pero solo para ver si por un minuto, al tenernos enfrente, volvemos a temblar, y a amarnos, como una vez creo que hicimos.
y si queres usarnos, y mentirnos, y desgastarnos, como tantas veces soñamos, y nunca pudimos.
y mirarnos los ojos, y callarnos.
alejarnos, no hablar nunca más,
y volver a ser como dos desconocidos,
que alguna vez se amaron,
y que por fin tienen un momento que vale la pena recordar.