ya no tengo más miedo,

con un invierno tan largo, me había olvidado lo feliz que me hacía el verano!
pero volvió, y con él, lo mejor de mi.

sé que me quisiste. yo también te quise.
te quise como pude, hasta donde pude... quiero decir que fue mucho, no pienses que no...
pero llegué a un límite, o llegaste vos, mejor dicho.
ojalá no lo hubiera hecho.
me diste todo de vos, y yo te di de mí todo lo que me pertenecía...
no alcanzó, lo sé...
perdonarme por no darte un corazón que ya no era mío...

si te vas, llevame con vos. no quisiera quedarme acá sola y triste. de cualquier forma, sin vos, moriría.
quiero acostarme al lado tuyo, y despertarnos abrazados. quiero equivocarme y pedirte perdón. quiero que me abraces rompe-huesos y nos riamos pensando que ese error quedó atrás, y avanzar. y caminar de la mano juntos por este camino que dicen que es la vida. y sentarme a esperarte cuando llegues tarde, y a veces enojarme por tu tardanza y a veces agradecerla en secreto porque, aceptemoslo, siempre demoro más que vos en estar lista.quiero esconderte la ropa para que no puedas irte, y jugar a las escondidas en los rincones de la casa. quiero pisar el mármol frío de la cocina descalza y que corras detrás de mí para atraparme. quiero entrar a la ducha mientras te estas bañando, y dejarte que me enjabones, y que me laves el pelo, y que me hagas caricias que me pongan piel de gallina aún bajo el agua tibia. quiero besarte el cuello, y la espalda, y hacerte masaje cada vez que quieras, y dejarte que me hagas masajes para estremecerme en tus manos y después darme vuelta para que me hagas el amor.quiero recostarme sobre tu costado izquierdo y sentir latir tu corazón, y que pases tu brazo al rededor mío y me hagas cosquillas en la cola. quiero saber de vos todo eso que de a poco me vas mostrando,y más aún todo eso que sos reacio a mostrar, y quererte por ser como no queres que sepa que sos. quiero escrbirte cartas, y cosas, y poemas, y animarme a mostrártelos y a convencerte de que te quiero más allá de lo imaginable, y que me creas aunque sea un poco. y quiero despertarte, llenarte de besos, morderte, convencerte, que te dejes seducir. y que me quieras, quiero por sobre todas las cosas que me quieras por lo menos una parte de lo que te quiero yo. y saber aceptar cuando me digas que todo se acabó, y saber entender cuando no me llames más en la mitad de la noche, y salir de tu vida airosa, con la frente en alto y el corazón en la mano, comprender que te quise y que se terminó...
mejor no, cuando te vayas, dejame morir, no me lleves con vos...

a veces me siento zigzageando entre la ciclotimia, y la bipolaridad. pero por la depresión que me alcanzó hoy culpo al síndrome pre menstrual. definitivamente hoy tiene la culpa mi condición femenina, eso claro, y el hecho de que ya no estás, de que hace 2 semanas te pedí que ya no estuvieras.

por momentos me dan ganas de salir a buscarte pero lo haría por las razones equivocadas.
aunque suelo presumir de mi carácter fuerte y de mi valentía para decir las cosas, me siento impotente pensando que voy a enfrentar al mundo yo sola, que tu mano no va a estar para animarme a seguir, que tus palabras no van a estar para alentarme, que tu abrazo no va a estar para reconfortarme si algo sale mal.
dicen que siempre en una pareja uno de los dos quiere más... en mi pareja anterior me tocó ser a mí, esta vez, y aunque me duela decirlo, creo que te tocó a vos...
"buena suerte, chau, adiós"

a veces creo en los finales felices. una vez estuve tan cerca de uno que casi lo toqué. aunque si lo pienso un poco, no hubiese sido un final-final. sino el fin de algo y el principio de otro algo que iba a venir. no paso, pero si hubiese pasado, hubiese sido feliz.

pienso en mis abuelos: 50 años de casados y creo que todavía siguen tan enamorados como el primer día. 50 años bailando juntos el vals, esa era la idea para el tópico de su fiesta de aniversario. pocas cosas más románticas que esa vi en la vida real. y hubiese sido un final de un cuento si hubiese terminado ahí. pero no, la vida sigue. no se termina cuando todos sonreímos y comemos perdices. entonces se arruina por algo, cualquier cosa, por chiquita que sea.
no quiero que pase nunca, pero si algún día uno de los dos ya no está? entonces dónde queda el final feliz que todos necesitamos para seguir creyendo, para seguir apostando?
por eso digo que a veces creo, y a veces no, porque mis otros abuelos también se querían, y nunca llegaron a los 50 años de casados, ni a mi graduación, ni van a estar para ver si yo algún día tengo algo cercano o parecido a un final feliz.

nadie entiende eso del je ne sais quoi del invierno... es difícil de explicar. duele, eso sí; de eso no hay duda.

pero es un dolor reconfortante, un dolor que queremos que duela. nos permite refugiarnos detras de su manto de frío, y escaparnos del mundo cuando queremos.
en invierno tenemos más excusas para ser sombríos, y elegir quedarnos en casa, y abrazar a alguien, cualquiera, y fingir que lo queremos y pedir que nos quieran. todos entienden, porque es invierno...
pero mañana empieza el verano, y normalmente a mí me encanta, pero este año no sé, este año tengo miedo.

¿cómo mido la distancia?

no parecen adecuados los kilómetros, ni los metros, ni los decímetros, aunque nunca haya terminado de comprender muy bien qué eran... que chico me queda el sistema métrico!
puedo decir que hace ciento y pico de días desde la última vez que te crucé, o más de trescientas sesenta y cinco horas desde el último beso, y aún así no estaría clara la distancia que hay entre vos y yo.
podría decir noventa y siente llamadas telefónicas que no se hicieron, doscientos cuarenta y un mensajes de textos que no se mandaron, incalculable cantidad de abrazos y besos que no se dieron, silencios ganando a las palabras, muecas que se esconden, lágrimas que no llegan a nacer, una nube, mi taza rota y los pedazos desparramados en el piso, yo indiferente, anémica, inherte...
ahora sí creo que se entiende un poco más la magnitud de la distancia.

siempre quise aprender a tocar el piano.

creo que doy con el perfil: tengo los ojos grandes y tristes,
y el corazón entre angustiado y sereno.
¿será que podré?
de vez en cuando lo miro de reojo, deseosa, me siento en el taburete, levanto la tapa, acaricio las teclas -blancas y negras-, intento descifrar las notas de las partituras que alguna vez pertenecieron a mi abuela y tienen las hojas amarillentas...
pienso cómo se habrá sentido ella de chica, seguramente empujada a aprender por una sociedad que determinaba ciertos estándares para las "mujeres bien". ella que siempre porta una sonrisa, ella que siempre tienen una palabra optimista para decir, o una anécdota graciosa para contar. ella que le escapa a la tristeza y a las nubes negras. seguramente tocaba canciones alegres, de ritmos movidos, y alegraba reuniones familiares. seguramente...
yo, en cambio, quisiera rozar las teclas y desnudar mi alma. que mi corazón se desangre poco a poco, con cada nota, que la música me libere de la presión que siento cada tanto en el pecho...
para que yo también pueda sonreir, y que mi sonrisa se sienta verdadera y transparente, y que mis ojos vuelven a brillar un poco como alguna vez lo hicieron.
y entonces mi abuela pueda enseñarme las canciones festivas que ella sabe, y se siente al lado mío en el banco, como cuando yo era chiquita y jugaba a ser como ella.

¿cómo hacemos para volver a empezar?
cómo hago para borrar todos los besos que vinieron después de los tuyo, cómo me olvido de los "te amo" que escuché mientras me hacían el amor, cómo puedo salir a la calle de nuevo con vos y hacer que nada pasó...
cómo finjo que no me lastimaste, que no me rompiste el corazón en tanta catidad de partes que aún hoy sigue siendo un rompecabezas inconcluso?
cómo hago para animarme y apostar todo por vos una vez más aún después de tantos años, tantas heridas, tantos silencios.
tengo miedo. no sé si quedarme donde estoy, o salir corriendo.
no quisiera nunca lastimar a nadie como me lastimaste vos a mí, pero no creo que sea mejor seguir así.
se me va la vida dejando el tiempo pasar...

te extraño. y no soy el único.
tus hijos y tus nietos también te necesitan.
¿por qué te fuiste? ¿cuál era el apuro?
ahora somos muchos los que andamos por la vida sin cosnuelo...

que los besos que me diste son lo único que hoy me hace sonreir,
que tus manos ásperas daban las caricias perfectas,
que tu cuerpo se acoplaba con el mío,
que siempre tenías algo para contarme,
que sigo pendiente de vos,
que te extraño,
que te necesito...
que te quiero;
palabras más, palabras menos...

te conozco de memoria.
me sé la cantidad de lunares que tenés en la espalda, sé que preferís el azul más que cualquier otro color, pero que también, en ocasiones, te simpatiza el verde. sé que no te gustó el acolchado que te compró tu mamá, pero que te lo quedaste igual para darle el gusto.
que le ponés azucar al nesquick, que te destapas cuando dormís, que nunca dormís una noche de corrido, que te levantas temprano, que te gustan los chicos, que amas el viento, que te gustan los días de sol porque nada te hace más feliz que estar al aire libre, que sos medio temerario, que la velocidad te da adrenalina, que te gustaba mi locura porque te hacía sentir libre, que mis ojos te daban paz, que me amaste...
que me amas.

te necesito

llueve, como la última vez que te extrañe...
diluvia.
yo también lluevo.
lloro a cántaros.
respiro tan hondo como puedo, porque pienso que cada respiro puede ser el último.
entre tanta agua tengo miedo de que el aire se acabe.
sobrevivi sin vos a muchos días como éstos...
pero esta vez, no sé...
tengo miedo que esta lluvia me mate.

tiene un espacio vacío en el lado izquierdo, que varía de tamaño según su soledad.
le aprietan los costados de la frente cuando mantiene adentro algo que quiere sacar, y le duele la mandíbula después de callar ciertas cosas por un rato largo.
a veces quiere morir, desaparecer, irse lejos, escaparse... en ocasiones, vacila en llamarte para que te escapes con ella (conmigo), o la secuestres.
cierra los ojos, golpea puertas, prende -o apaga- la luz, se tapa con las sábanas, cambia de canción, cambia de humor, de cara... busca soluciones que no encuentra.
se pierde para justificar que está sola, apaga los teléfonos para disimular que nadie llama, escribe porque ya no habla, muere cada noche en su cama.

tengo miedo

no quisiera despertarme en diez años
y preguntarme por lo que pudo haber sido...

hay días que escribo mucho,
porque vivir dolería demasiado

una vez quise tanto que todavía sangro.
pero como muchos que no aprenden la lección,
quiero volver a querer.

simulamos que no pasó.
que no me abrazaste durante tres horas seguidas,
que no besaste mis labios hasta desgastarlos,
que no esperé toda la semana para verte,
que no me aguanté durante 7 días las ganas de volver a hablarte.
simulamos que no pensé conversaciones profundas que olvidé cuando te tuve adelante,
que estar sobre tu costado no es mi lugar preferido en el mundo.
simulamos que vos no me usas, y que yo no te quiero.
que no queremos volver a vernos cuando tengamos oportunidad.
simulamos que no pasó,
que no no va a volver a pasar...

quiero volver al mar, pronto;
aunque vos no vuelvas.
sospecho que hay un final que merece ser cambiado.

quisiera ser un poco más como vos, un poco más fría, recuperar la armadura que alguna vez tuve. pero un día aprendí a amar, y un día aprendí a confiar, y a pesar del mal que me hicieron, sigo amando, y sigo confiando, porque sé lo lindo que es cuando se te retribuye.
al final, que bueno que no soy como vos, entonces envidiaría a alguien que tiene lo que yo tengo.

sería más poético si yo fumara y el cigarrillo se balanceara sobre mis dedos,
mientras en la mesa hay un cafe a medio tomar...
y si vos fueras el príncipe azul que viene a rescatar a la princesa de su suplicio.
pero no, vos sos un antihéroe,
y yo prefiero no dejarme salvar.

hace tantos años que nos conocemos, que cambiamos tanto que ahora no nos conocemos más.
cuando te conoci, yo amaba para siempre, y vos no sabías amar.
ahora, cuando de casualidad nos vemos,
nos decimos cualquier cosa, para no decirnos la verdad

intentas distraerme, pero igual quiero llorar.
estás conmigo, y me decís que te gusto.
yo ya sé lo que eso significa,
y no me imagino otra cosa;
no más.
pero estás conmigo y mientras me abrazas con todas tus fuerzas
me decís que te gusta mi piel, que soy suave,
y acaricias mi espalda con amor
(que no es amor).
y yo tímida dejo escapar palabras que te asustan,
pero igual no decís nada,
y me seguís abrazando.
yo intento advertirte sobre las tardes de domingo,
sobre el viento en el río,
sobre la cama revuelta,
que soy desordenada,
que pelo las uvas, y los gajos de mandarina,
que odio las semillas,
y que siempre me enamoro.
pero no puedo,
ya me voy, está amaneciendo.

traté de apagarlo, aunque después recordé que no se puede.
entonces, llena de furia, le arranqué las dos pilas, que quedaron girando sobre sí mismas tiradas en el suelo.
tuve que callar el reloj, tuve que asesinarlo.
el tic tac del segundero estaba haciendo eco en mi cabeza.
frené el tiempo, aunque en realidad no.
lo odio.
no solo marca el tiempo, sino también la distancia.
¿puedo medir tu ausencia en segundos?
no sé, no creo, serían demasiados.
millones.
no, miles de billones.
nunca entendí eso de los billones, nunca tuve cabeza para los números,
pero sé que son muchos, eso sí.
y ahora extraño el mar, la arena quemando mi cuerpo por debajo de la lona,
que tu cuerpo se recueste al lado del mío,
las noches perdidos por el alcohol,
las horas gastadas en silencio mirándonos los ojos,
los días comiéndonos los labios,
todo.
por lo menos el reloj se calló un rato.
igual que nosotros;
él también murió.

13 pasos, 13, claro.
y el último sonó como un estruendo que todavía me aturde.
creo que puede ser que el pavimento se haya agrietado un poco.
sigue siendo un juego.
pero yo ya no quiero jugar.

desperté, y ya no estabas...
no me quedó otra salida que empezar a andar...

no importa cuánto empeño le pusiera para alcanzalo,
el tiempo vuela.
y se fue.
y con él, vos.
corrí cuanto pude, y al final qudé exhausta, con el corazón acelerado, la respiración agitada y sola.
escribo, porque la memoria no suele ser fiel -vos tampoco-;
y no quiero olvidarte.
esconderme dentrás de tu recuerdo me permite mantenerme bajo la impunidad del abandonado.
algunos tratan de animarme,
pero si hay mal humor, no preguntan mucho, sonríen condescendientes, y se van.
mientras yo te extraño, y trato de transformar las cicatrices en palabras bonitas.

a veces ya no se puede disimular, se sabe cual es el próximo paso.
retirada obligatoria.
se siente el óxido en los labios.
pero yo jugaba a quererte.
por eso te pedi que te quedes solo un rato más, que me mientas.
que empecemos de nuevo, como sabemos, desde el principio.

tú amas, él ama, vosotros amais, yo ¿amo?
hay verbos que no sé si podré volver a conjugar alguna vez...

no me decidía entre llorar o reir;
entonces hice ambas...
y los minutos fueron avanzando hasta quedarme apaciguada...
ya no sabía lo que era la realidad, y me costaba entender la distancia.
que concepto tan absurdo!
la lejanía entre dos objetos, el intervalo de tiempo que transcurre entre dos sucesos...
el espacio físico entre vos y yo: incalculable.
el tiempo desde la última vez que acaricié tus ojos: eterno.
y entonces callé,
proque entendí aquello que en realidad nunca quise saber...

contame algo de vos, algo que no sepa.
como la adrenalina que sentís un segundo antes de saltar, o el alivio de la primera bocanada de aire después de pisar el suelo.
contame algo secreto, como que sabés tocar la guitarra, y que "media verónica está rota"...
así yo puedo confesarte que pienso en vos también entre semana, que siento que tus besos son adictivos, y que sé que no sos el culpable de mi obsesión, pero si el motor y móvil.
te contaría que no soy mala persona, que lo que hago con vos, no lo hago con nadie. que si vos no fueras vos, y yo no fuera yo, imaginaría en el horizonte algo así como una especie de futuro...
pero no me contas, y no te cuento.
porque vos sos vos, y yo soy yo.
y vivis por el momento, mientras yo me tambaleo entre el pasado y el futuro...
entonces te escribo, porque ya no puedo vivirte...

quiero verte

nunca te lo diría.
me gusta mostrarme fuerte frente a vos,
indiferente.

era él.
él y sus ojos color cielo. sus manos ásperas, sus palabras certeras. su brazo que aprieta fuerte, su sonrisa que ilumina todo, su complicidad que da confianza
era ella.
ella y sus ojos grandes que brillaban. su risa que llenaba el aire, sus manos tímidas, la media sonrisa en su boca.
eran ellos, y el sol se ponía en una tarde de calor que no correspondía al invierno.
eran ellos, que por un rato se escaparon del mundo, y frenaron el tiempo.
ellos.
vos y yo.
nosotros.

dicen que es algo normal de la naturaleza eso del equilibrio,
que, por ejemplo, cuando careces de algo, te sobra otra cosa...
yo no sé,
pero a veces el mundo entero parece desmoronarse, y sin saber cómo,
sin querer y al poco tiempo, todo vuelve a acomodarse en su lugar...
es eso del equilibrio, dicen...

días de furia

desde siempre me gustó considerarme una persona con convicciones. que cuando tengo una opinión o una idea, sea correcta o incorrecta, es mi manera de pensar, y así me gusta.

por eso cuando era más chica y me preguntaban si creía en la suerte yo siempre decía que no, que para mí la suerte no existía, que en todo caso en lo que yo creía era en el destino. no sé por qué lo creía, pero pensaba eso...
hoy la verdad no tengo la menor idea qué mierda es el destino porque nunca lo vi. pero sí creo en la suerte -en la mala-, porque como no creía en ella, ahora la muy puta, para hacerse notar, cada vez que puede me caga la vida!

dos años y medio.
tres años -meses más, meses menos-.
y el café (cortado) parece ser la única compañía,
ya hasta el chocolate tengo prohibido.
parece ficción ver como pasa el tiempo,
me acuerdo como si fuese ayer, como si hubiese sido hoy más temprano.
dos años y medio -tres años-, largos, vacíos, en silencio.
y hace frío!
¡cómo odio el invierno!
y más lo odio desde que me dejaste.
nunca lo digo, pero me haces falta.
dos años y medio -tres años-, caminando descalza sobre el mármol frío de mi cocina,
sirviendo mi taza de café (cortado),
séntandome a la mesa para hablarte de la vida,
y tu silla vacía
desde hace dos años y medio -tres años-.

a vos que te hice promesas aún sabiendo que nunca las cumpliría,
a vos que te desperté en la mitad de la noche para que me hicieras el amor,
a vos que no te olvidé después de jurar odiarte para siempre,
a vos que te debo un par de besos todavía,
a vos que siempre me dejabas creer que tenían razón,
te quiero.

deberías saber que imagino los caminos que atravesarían tus manos recorriendo mi cuerpo,
y que sueño con un reencuentro casual tal vez más de lo que debería...
pero no te lo tomes demasiado en serio...

llegó.
ahora es como nunca hubiésemos querido que fuera.
y afuera esta tan nublado que parece que nunca hubiese amanecido,
y adentro creo que llueve.
mi ojos están mudos, y mis labios ya no escuchan.
sinestesia.
hoy podría morir, y el mundo seguiría girando.
pasarían al menos diez días antes de que alguien pudiera notarlo.
no quiero encerrarme, pero la sensación de aislamiento me acecha.
no puedo ser feliz, es que ya llegó el invierno.

traté de hablar, de decir algo que pudiera arreglar todo lo que se había roto, pero no pude. no me salió la voz, ni se me ocurrieron palabras, pero sobre todo no fui capaz de desatar el nudo de mi garganta. entonces ya todo se había terminado, y seguir sin mirar era de cobardes. por eso el silencio habló por mí, y la sombra que cubrió tu mirada lo dijo todo por vos. mirarnos los ojos estaba de más. y la gente en la plaza siguió caminando. mis manos se avergonzaron y se escondieron el mis bolsillos, y vos te fuiste caminando sin mirar atrás.
volveremos a reir, cada quien por su lado, claro esta.
pero primero habrá que recoger los pedazos de corazón de los rincones...

canciones que hablan de un pasado que fue mejor,
(porque el pasado siempre parece haber sido mejor)
películas que cuentan nuestra historia sin hablar de nosotros,
recuerdos que se mezclan con cosas que quisiera que hubiesen pasado que ya no sé si fueron reales o no,
palabras mudas,
palabras sin destinatario,
gritos agudos,
un dolor tan fuerte en el pecho,
ojeras debajo de mis ojos,
ojos rojos después de llorar,
un pasado confuso,
un presente temible,
un futuro dudoso.
lo que queda de mí, después de nosotros.

muchos quedan estancados en el pasado, otros tantos -más optimistas- piensan en lo que vendrá... y yo, que ya casi nunca encuentro respuesta a ninguna de mis dudas me pregunto: y el mientras tanto?
¿qué será de aquellos inadaptados que no queremos recordar, pero tampoco podemos avanzar?
entonces así estoy, ni blanco, ni negro, yo, que nunca fui una persona de grises.
el tiempo no ayuda, las agujas no se mueven.
miro el cielo que tampoco se decide si quiere llover, o si quiere brillar.
¿qué hago yo que ya no quiero pensarte?
¿qué hago yo que no te quiero olvidar?

ya nada es para siempre,
pero nosotros sí.

te pido por favor:
nunca te vayas del todo,
porque la vida es difícil, pero más difícil sin vos...
porque todavía te quiero, sin poderte querer...

tantas dudas de me surgen, de todo eso que nunca me animé a decir, a preguntar.
cuándo decidiste irte. si lo pensaste mucho, o si fue un acto reflejo. por qué me dejaste, qué te faltó, qué te agobió. si vovlerías. y si lo hicieras, por qué lo harías. qué quisieras que fuera diferente, qué qusieras que mantuvieramos igual. si me quisiste como dijiste que hiciste. si me extrañas. si pensas en mí alguna vez. si quisiera que conociera a esa nena hermosa que ahora es el sol de tu vida. si te gustaría andar río arriba conmigo. si fuiste feliz. si sos feliz. qué quisieras hacer. si fue mucho, o muy poco. si te quise demasiado. si yo arruiné algo. cual era el punto justo. a que velocidad late tu corazón cuando me ve. cuantas veces latió fuerte desde que ya no somos lo que éramos. qué fuimos. qué fui para vos. querés ser alguien para mí. su podes quedarte conmigo, y si queres hacerlo. si pensas que el dolor duele más porque no estoy yo para contenerte. si te das cuenta que te sigo queriendo. si escuchas cuando te llamo dormida. si sabes de las mil palabras que te dediqué desde que te fuiste. si querés verme. si tenes miedo. pensás que podríamos superar lo que paso y vovler a empezar. si te gustaría volver a empezar. si pensas que el tiempo todavía puede ser nuestro. cerraron ya las heridas. por qué me callo, por qué no hago lo que tengo que hacer y salgo a buscarte. me aceptarías de nuevo en el refugio de tus brazo. sabrías perdonar la última escena de celos. cuanto tiempo pensas que va a pasar hasta que tus labios vuelvan a besarme. vas a cumplir tu promesa. seremos vos y yo felices para siempre?

hubo un tiempo en que el amor era nuestro.
en que éramos dos en uno.
en que el vos, y el yo se habían suprimido para ser nosotros
y eso nos hacía felices.
hubo un tiempo en que quererte era fácil,
y lo sentía, y lo decía, y vos sonreías enamorado en respuesta a mis gestos, y a mis palabras.

después rompiste cadenas, cruzaste barreras, ya no pudiste volver atrás.
corriste lejos mío, tan lejos a donde ya no podía verte.
entonces me olvidaste.

hoy lo recuerdo, recuerdo que te quise, te quise y te quiero.
hoy sin quererlo, te quiero.
te quiero, y te recuerdo.

y pensar que creí que era imposible un amor tan grande.
pero heme aquí.
querer así, como yo te quiero a vos, no es fácil.
después de tanto tiempo, tantas heridas, tantos silencios, tan pocas palabras.
pienso en vos cada día, sueño con vos cada noche.
y vos ni siquiera lo sabes.
pero eso es problema mío.
lo sé;
y punto.

tendría que haberte mirado más, tendría que haberte hablado, y más aún, escuchado.
tendría que haber sabido lo que pedías, y lo que necesitabas sin pedir.
tendría que haberme dado cuenta de las carencias, de los abismos, de los silencios.
tendría que haber cenado más con tu familia, hacerme más parte de tus proyectos, entender un poco más tus problemas de persona grande.
pero no pude.
no me di cuenta,
era chica, no entendía.
hoy entiendo, cuando mis reclamos hacia otros, son los mismos que vos me hacías a mí. cuando no me dan las cosas que yo no sabía darte, cuando no entienden los errores que yo solía cometer.
y te extraño, porque hoy estoy donde vos estabas cuando éramos uno; y aunque probablemente hayas dado unos pasos adelante, estoy preparada para entenderte, para seguirte.
porque crecí, y creo que me estoy convirtiendo en la persona que vos pensaste que podía ser, y aún así sigo siendo yo, con mis caprichos de nena, y mis ideas locas y sin razón.
porque si pudieras comprender que sos para mí, y ver que soy para vos, llegaríamos de la mano al fin del mundo.

ellos dicen que no.
yo digo que murió de amor.
empezó con dolor en los riñones, unas "piedritas" me dijeron a mí.
pero yo pensaba que le dolía el alma; ella lo extrañaba, por eso lo demás empezó a fallar.
nos sentábamos al lado de ella varias tardes a la semana mientras le hacían diálsis, y charlábamos, y le contábamos novedades.
ella sonreía, siempre sonreía, y se alegraba por nosotros.
íbamos a verla a la casa, los sábados cuando no estaba en el sanatorio. ella estaba sentada en el sillón giratorio donde nosotros solíamos almorzar. yo a veces me sentaba a que me de el sol en el balcón. veíamos como su panza estaba hinchada, a pensar de haber sido siempre tan flaca.
ella también se daba cuenta; por eso ya no comía.
el siquiatra mucho no ayudaba, él decía que estaba enferma, yo decía que lo extrañaba.
un día estuvo muy mal, "entra a despedirte", me dijeron. pero no pude. entré y háblé como si fuera un día como cualquier otro. le conté cosas cotidianas, algo para que se riera. me dijeron que se había terminado el tiempo, la salude como si fuera a volver a verla, y salí.
lloré como no me acuerdo haber llorado.
pero no pasó nada. después mejoró.
después, como era de suponerse volvió a empeorar.
fallaron los riñones, el hígado, los pulmones, no sé si todo eso, o algo menos, o algo más.
de un momento para el otro, no hubo vuelta atrás:
le falló el corazón.
por eso, si alguien me pregunta, yo digo que mi abuela murió de amor.

miento,
porque no hay nada en el mundo que me de tanto miedo como la soeldad,
porque me acostumbre a vos, a la compañía.
miento,
porque los días serían demasiado largos,
y las noches estarían demasiado vacías.
miento,
porque cuando enfrentaba al mundo sola, sufría,
porque me dolía físicamente el corazón, y abstractamente el alma.
miento,
porque no encuentro otra salida,
porque si no, no sé cómo sería.
miento,
porque es la única forma que sé para (sobre)vivir el día a día

aprendi a correr, incluso antes de poder mantener el equilibrio...
por eso me caí, por eso tropecé.
pero me levanté.
una y mil veces sin pensalo, me levanté.
entonces, después de correr aprendí a caminar...
me tomé las cosas con más calma, aprendí a disfrutar más...
me caigo de vez en cuando, quién no?
porque como algún cantante dijo alguna vez:
"tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien"...

escribime.
llamame.
buscame cuando quieras.
no hay excusas para un no, aunque hay motivos.

todavía pienso en vos, como si no te hubieras alejado con los años, como si el tiempo aún fuera nuestro y no hubiera pasado. a veces te pienso tan fuerte que hasta puedo sentir tus manos haciéndome cosquillas y me río un poco.

me pregunto por vos.
¿qué será?
¿cuántas cosas habrán cambiado desde que me dejaste?
¿cómo será volver a besarte después de que tantos labios desconocidos hayan probado el secreto dulce de tu boca?
¿seguirán ásperas tus manos?
¿sos el hombre que una vez me prometiste ser?
¿podrá tu corazón vovler a enamorarse?
o será que ya no.
que tus manos han sido suavizadas, y tu corazón endurecido,
será que el olvido se llevó la mitad más preciada,
será que el tiempo se coló por tu espalda trazando un abismo.
sea como sea:
yo sigo igual,
y tu ausencia sigue llenando el vacío.

cuando te toque a vos, cuando sea tuyo el mundo que se derrumba, cuando sean las de otro las palabras ingratas, cuando sean tus oídos los que ya no quieran escuchar. ahí vas a acordarte. voy a aparecer en tu mente, voy a arder en tus venas. vas a pensar en mí, en la noches mirando el techo, en los besos que me regalaste, en las horas prestadas. vas a comprender mi mirada desconfiada, y mi voz indiferente. vas a sentir en carne propia el rechazo, vas a querer arrancarte el corazón para que deje de doler. vas a llenarte de culpa y reproches. vas a querer volver el tiempo atrás, vas a implorar perdón, vas a acurrucarte asustado en la ocuridad y nadie va a salvarte. vas a pensar dos veces antes de volver a actuar, vas a dejar de mentir.
no te lo deseo.
pero todo vuelve.

no sería más que una habitación como cualquier otra, si no fuera porque es el último espacio que tu cuerpo y mi cuerpo compartieron. entonces es especial y siento que tiene un olor diferente, a cenizas de un fuego que ya no arde, o a lluvia, porque la lluvia me recuerda al olvido. sea como sea, con o sin explicación, es especial. y yo ni siquiera me acuerdo. hacemos mecánicamente tantas cosas sin reparar en detalles. seguro que todo lo haríamos diferente si supiéramos que es la última vez: el último beso, la última mirada, la última caricia.
pero te fuiste. y yo no sabía que te irías. por eso nuestra noche fue una más entre tantas. y por eso hoy esta habitación importa más que cualquier otra.

ya no te sueño.
ya no imgino el sabor que tendrán tus besos.
no me pregunto por tus labios agrietados,
ni me muerdo las uñas pensando en tus manos.
ya no me intriga tu aroma,
ni tus palabras,
ni tu cuerpo.
ahora ya te conosco, ya te probé, ya te tuve.
ya absorbí la esencia de tu cuerpo.
ya fui tuya, y me gastaste.
ya me usaste, y te olvidaste.
fuiste real, y te perdi.
ahora duele.

te miré directo a los ojos pero no te dije nada
para qué?
si igual ya lo sabías...
me fui en silencio.
no volví a saber de vos

te miraba
y pensaba cuanto te quería.
me contabas algo
sobre música creo,
algo de los ritmos, algo de los tiempos,
no sé,
no entendí,
pero te escuchaba.
había algo entre nosotros
algo que vibraba
vos no podías sentirlo, solamente yo me daba cuenta
era una energía tan fuerte
eran mis ojos mirándote,
eran tus labios tratando de alcanzar los míos
era la noche que no quería irse.
es especial
es esto que tenemos.
mucho no entiendo.
igual,
quiero decirte que te quiero.

todo va bien, y entonces, sin saber que estoy yo del otro lado, apareces.
las intrigas vuelven, y algunas mariposas intentan aletear cerca -o dentro- de mi panza.
quiero verte alguna vez, preguntar por qué tu silencio, y aún llena de bronca por tu indiferencia, agradecerlo. quiero volver a ver lo que alguna vez casi te animas a mostrar. verte débil sin sonrisas inventadas, y sin palabras repetidas. quiero que dejes caer tu ropa, que actúes como lo harías si yo no estuviera mirando. quiero que me cuentes de tu vida, y tus problemas, escucharlos en silencio, comprenderlos, abrazarte, contenerte. quiero que me cuentes alguna de tus anécdotas, mirar tus ojos y reirme con vos...
todo va bien, y entonces apareces, te pegas en mis ojos, te enredas en mis pensamientos, las palabras no me salen, las manos mi tiemblan y todo vuelve a ser como nunca fue.