aprendi a correr, incluso antes de poder mantener el equilibrio...
por eso me caí, por eso tropecé.
pero me levanté.
una y mil veces sin pensalo, me levanté.
entonces, después de correr aprendí a caminar...
me tomé las cosas con más calma, aprendí a disfrutar más...
me caigo de vez en cuando, quién no?
porque como algún cantante dijo alguna vez:
"tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien"...