no pensaba dedicarte ni siquiera una mirada (aunque si te espiaba camuflada desde lejos), pero tu saludo tan violento y sorpresivo descolocó mi mundo, y podría jurar que toda la casa tembló en ese momento... un beso indiferente y una caricia disfrazada fue todo lo que pude darte en esa habitación tan llena de ojos indiscretos que se clavaron en nosotros en medio de murmullos... hacían tanto que no escuchaba esa voz, la extrañaba...
te extrañaba...
pero todavía recuerdo el mal que me hiciste, y cuando te veo, esa herida sangra...

(no sé si por rencor, orgullo o vanidad, pero creo que nunca voy a perdonarte)

1 delirios ajenos:

Auggie Wren dijo...

Hacía un montón de tiempo que no pasaba por aquí. Veo que el blog sigue en la misma línea. A partir de ahora espero pasarme más a menudo.